Una panadería de Nueva Jersey está llamando la atención por una inusual solicitud a sus clientes. Se trata de Century Bakery, ubicada en la localidad de Bridgeton, que recientemente publicó un mensaje dirigido a quienes visitan su establecimiento.
El aviso, publicado en su página de Facebook, sorprendió a muchos. En el mensaje, la panadería pide a ciertos clientes que utilicen únicamente el autoservicio en lugar de entrar al local. La razón detrás de esta medida generó debate, pero también recibió numerosos comentarios de apoyo.
En concreto, el negocio solicita que las personas que lleven perfumes o colonias con fragancias fuertes eviten ingresar al local. ¿El motivo? Algunos de los empleados de la panadería sufren de asma, y la presencia de olores intensos puede agravar sus síntomas, sobre todo en esta época del año, cuando el polen también afecta su respiración.
Según explican, las fragancias no solo afectan en el momento, sino que pueden quedarse en el ambiente del local incluso después de que el cliente se haya ido. Esto provoca tos e incomodidad a los trabajadores que ya tienen las vías respiratorias irritadas.
“La adición de fragancias fuertes puede dificultarles aún más la respiración”, explicaron desde la panadería.
Además, el post sugiere que algunos clientes han hecho comentarios negativos sobre la tos de los empleados, por lo que pidieron respeto: “Agradecemos su comprensión al guardarse los comentarios sobre la tos si deciden entrar en el edificio llevando fragancias fuertes”.
La panadería también aclaró que no se trata de una prohibición formal, sino simplemente de una petición por consideración hacia su personal. “Es solo un estímulo para ser consciente de los que te rodean”, dijo un representante del establecimiento en conversación con el medio TODAY. “No se rechazará a ningún cliente que entre con perfumes”.
La publicación realizada en Facebook recibió muchas respuestas positivas. Una persona comentó: “Mi madre tiene un asma terrible y los olores también la afectan… Gracias por hacer esto”.
Otra escribió: “Aunque no tengo asma, soy alérgica a los perfumes. La gente no tiene ni idea de la cantidad que usa”.
Incluso hubo quienes fueron más contundentes: “Deberíamos poder denunciar a los clientes maleducados… Hay demasiadas panaderías por esta zona como para que alguien se queje y vuelva al día siguiente”.
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