
Samuel Gee creció con algo que parecía completamente inofensivo. Nadie a su alrededor, ni siquiera él, imaginaba que esa pequeña marca, presente desde su infancia, escondería una amenaza tan seria. Fue gracias a un comentario inesperado, hecho durante un torneo de lucha en 2020, que todo cambió.
Durante el combate, un árbitro observó un lunar en la espalda de Samuel y le recomendó que acudiera a un dermatólogo. Aunque en un principio pareció un simple consejo sin mayor importancia, esa observación terminó siendo una advertencia crucial.
Semanas después, Samuel fue diagnosticado con melanoma en etapa 3, un tipo de cáncer de piel agresivo que ya había comenzado a avanzar sin que nadie lo notara.
Lo más inquietante es que no era la única señal. Meses antes del diagnóstico, Samuel había detectado un bulto en su pierna, otro síntoma que preocupó lo suficiente como para acudir al médico.

Sin embargo, el especialista le restó importancia y atribuyó el bulto a un ganglio inflamado por cambios hormonales propios de la pubertad.
“Me dijeron que regresara si no desaparecía en unas semanas”, relató el joven a Today. Pero el bulto no era pasajero: era una clara señal de que el cáncer ya se había diseminado localmente.
Tras la confirmación del diagnóstico, Samuel comenzó un tratamiento que incluyó inmunoterapia y una cirugía para eliminar el tumor y los ganglios comprometidos.

Todo esto ocurrió en medio del confinamiento por COVID-19, un contexto que, según él, hizo el proceso emocionalmente menos invasivo por la reducción del contacto social y la presión externa.
Hoy, con 19 años, Samuel ha sido declarado libre de enfermedad. Su historia es un ejemplo poderoso de cómo algo aparentemente simple puede esconder un riesgo grave.
La Sociedad Americana del Cáncer advierte que, aunque el melanoma representa solo el 1% de los casos de cáncer de piel, es responsable de la mayoría de las muertes por esta enfermedad. Aunque suele asociarse a personas mayores, también se presenta en adolescentes y adultos jóvenes, como quedó claro con la experiencia de Samuel.

Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.