Una mujer de Mississipi, Estados Unidos, exigió una disculpa y que se despida a varios agentes del Departamento de Policía de Senatobia después de que su hijo, de solo 10 años, fuera detenido por orinar en la calle.
Latonya Eason, madre de Quantavious Eason, reveló que estaba en la oficina de un abogado cuando su hijo, quien lo esperaba en su auto, sintió ganas de ir al baño. Al no haber servicios higiénicos cerca, el menor hizo sus necesidades en la parte trasera del vehículo.
Un agente que pasaba por el lugar lo vio, recriminó su accionar y habló con la madre. “Le dije: ‘Bueno, ya lo sabes, que no vuelva a suceder’. El policía me dijo: ‘Lo manejaste como una madre, solo asegúrate de que no vuelva a hacerlo. Puede volver al coche’”, recordó Eason, según consigna el medio CNN.
Sin embargo, cuando creyeron que el incidente no pasaría a mayores, otros cuatro uniformados llegaron e, increíblemente, arrestaron a Quantavious. El pequeño fue puesto en un vehículo policial y llevado a una estación.
“Él dijo: ‘Sí, tengo que arrestarlo’. Él no puede hacer eso’. Hizo que mi hijo se bajara del auto, le dijo a mi bebé que pusiera las manos detrás de la espalda y lo llevaron a la patrulla”, recordó Eason.
Tras el hecho, el menor fue acusado en el Tribunal Juvenil como un niño que “necesita supervisión”. Carlos Moore, abogado de la familia, reveló también que Quantavious permaneció entre 45 minutos y una hora en una celda.
La respuesta de la policía
Richard Chandler, jefe de policía de Senatobia, dijo en un comunicado que el niño no estuvo esposado durante el incidente.
“Un oficial fue testigo personalmente de cómo un niño de 10 años cometía un acto en público que habría sido ilegal para un adulto en estas circunstancias”, dijo Chandler en un texto publicado en Facebook.
“Fue un error de juicio por nuestra parte transportar al niño a la comisaría ya que la madre estaba presente en ese momento como una alternativa razonable”, señala el comunicado.
“Las decisiones del oficial violaron nuestra política escrita y fueron en contra de nuestra capacitación previa sobre cómo lidiar con estas situaciones”, declaró Chandler. “Como resultado de esta investigación, uno de los agentes involucrados ya no está empleado y los demás serán disciplinados. También tendremos entrenamiento juvenil obligatorio en todo el departamento, tal como lo hacemos todos los años”.
Ahora, la familia del niño exige una disculpa, que se retiren los cargos en contra del pequeño y que el jefe de la policía sea despedido. Latonya Eason, por su parte, cuestionó si la raza del menor influyó en el incidente.
“¿Habrías puesto a un niño blanco en una jaula? Si hubiera sido un niño blanco, probablemente ni siquiera hubiera parado”, dijo en conferencia de prensa.
Casi un mes después del incidente, Quantavious está “angustiado y ahora tiene miedo de la policía, y comenzará a recibir terapia psicológica”.