Las historias de superación personal siempre tienen un poder para inspirarnos. Esta vez, uno de esos relatos sorprendentes está protagonizada por Leanna Scaglione, una exbailarina neoyorquina de 32 años, quien, tras una compleja cirugía cerebral el pasado mes de enero, no solo está en pie, sino que se prepara para correr uno de los maratones más emblemáticos del mundo este domingo 3 de noviembre: el Maratón de Nueva York. Esta es su sorprendente historia.
Leanna afrontará la carrera de 42 kilómetros menos de un año después de que le extirparan un tumor del cerebro. La intervención quirúrgica la dejó sorda del oído derecho y con parálisis facial temporal. No podía mover el lado derecho de la cara ni sonreír, y mucho menos caminar de un lado a otro de su apartamento. “Esta es mi vuelta de redención”, dijo la neoyorquina al diario The New York Post.
“Fue la operación más difícil por la que pasé en mi vida”, agregó Scaglione, quien trabaja como asistente personal. “Pero le preguntaba constantemente a mi médico: ‘¿Puedo volver a correr?’”.
Una vida marcada por un diagnóstico
A los 15 años, a Leanna le realizaron una resonancia magnética porque sospechó que tenía una lesión de ballet. Fue entonces cuando los médicos que la trataban vieron que tenía un “tumor del tamaño de un pomelo” en la parte inferior de la columna vertebral. Le diagnosticaron neurofibromatosis, una enfermedad genética incurable que hace que crezcan tumores por todo el cuerpo.
Leanna se sometió a dos cirugías para extirpar el tumor y estuvo en silla de ruedas durante un año. “Perdí la sensibilidad en mi pierna derecha, por lo que no podía mantenerme en pie”, recordó al citado medio. Le dijeron que nunca volvería a bailar ballet. Pero eso no la desanimó nunca.
Finalmente pasó a usar un andador y en dos años ya se movía por sí sola. “Nunca iba a dejar que [mi diagnóstico] definiera cómo iba a vivir mi vida”, contó Leanna. Desde que le dieron el diagnóstico le han extirpado 13 tumores: a lo largo de la columna, a lo largo de las muñecas y, más recientemente, en el cerebro.
Correr para escapar de su condición
Leanna comenzó a correr durante la pandemia como una forma de escapar del confinamiento. “Como todo el mundo, necesitaba aire”, señaló. “Al principio tenía miedo por el daño en el nervio de mi pierna derecha… [pero] lo siguiente que supe fue que corrí una milla. Estaba tan orgullosa de mí misma y tan en estado de shock y tan emocionada que pensé: ‘¡Tengo que intentarlo de nuevo!’”, indicó.
Ahora corre frecuentemente para recaudar dinero para la Children’s Tumor Foundation. Leanna compitió en el Maratón de Nueva York el año pasado, pero tuvo que caminar gran parte del trayecto después de que un tumor cerebral que crecía en un nervio principal que llega a su oído derecho creciera tanto que le afectó la audición y el equilibrio.
En enero pasado, los doctores le extirparon el tumor cerebral y le agregaron un implante auditivo en el tronco encefálico para ayudarla con el reconocimiento de sonidos.
Ahora, su objetivo es correr una carrera rápida el domingo y terminar en menos de cuatro horas. Ya se ha inscrito para tres maratones (Londres, Berlín y Nueva York) en 2025 como embajadora nacional de la Children’s Tumor Foundation.
“Para mí, participar en estas carreras es una forma física de decir: ‘Puedo hacerlo. Lo entiendo. Lo superé. Puedo seguir adelante’”, dijo Leanna. “Lo que más aprendí es que este diagnóstico no tiene por qué controlar ni definir nuestras vidas. No significa que nuestras vidas se detengan. Simplemente, debemos cambiar de rumbo”, finalizó.
Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.