Un momento conmovedor justo antes del Día de la Madre este domingo 14 de mayo permitió que una mamá de Estados Unidos escuchara el corazón de su hijo fallecido latir una vez más. La emotiva historia que se ha hecho viral entre los usuarios de las redes sociales invita a la reflexión sobre la donación de órganos.
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El hijo de Michelle Decoteau, Dan, era un veterano del Ejército de EE.UU. y padre de dos hijos. Murió hace casi dos años después de un trágico accidente que lo dejó con muerte cerebral. En ese momento, los médicos consultaron a sus padres sobre la posibilidad de donar sus órganos y salvar vidas.
“Los médicos nos dijeron que en la licencia de conducir de Dan no se expresaba la voluntad de ser donante”, dijo Michelle a WCVB5. “Él no nos había indicado que quería ser donante de órganos”, explicó la mamá de Dan.
Ella dijo al medio local que nunca se le pasó por la cabeza preguntar.
“Nadie quiere pensar que le va a pasar a su propia familia hasta que le pasa a su familia”, dijo Michelle.
Los datos nacionales muestran que casi 104.000 estadounidenses están en lista de espera para recibir un órgano. La mayoría necesita un riñón o un hígado. Pero, 3372 todavía necesitan un corazón a pesar de que conseguir uno significa una tragedia para otra persona.
“Me gusta pensar que tal vez de la tragedia surge algo positivo que le da sentido a la pérdida”, dijo el Dr. Akshay Desai, director médico de cardiomiopatía en Brigham and Women’s Hospital. “Espero que esa sea la forma en que se sientan las personas que eligen hacer este regalo”.
Vuelve a escuchar el corazón de su hijo fallecido
Entonces, con Dan con soporte vital, sus padres tuvieron que tomar una decisión difícil.
“Sabes, cuando nos tambaleamos con ‘Dios mío, ¿qué está pasando? Esto no está pasando’, tenemos que decidir. Mi hijo era una persona amable, compasiva y cariñosa”, dijo Michelle. “Él querría usar sus buenos órganos para salvar la vida de otra persona”.
El corazón de Dan salvó a Gary Swain, un hombre de 66 años de Marblehead, en Massachusetts, que luchaba contra un defecto genético que le provocaba una arritmia potencialmente mortal.
Hoy, Gary es parte de su familia. Y justo antes del Día de la Madre, les ofreció un regalo a los padres de Dan: la oportunidad de escuchar su corazón latir nuevamente.
“Recuperé una tremenda cantidad de mi vida”, dijo. “Y ahora tengo un héroe que se llama Daniel”.