¿Te ha pasado alguna vez? Quienes juegan a la lotería saben que hay una mezcla de emoción y ansiedad por saber el resultado final; los sentimientos aumentan cuando van coincidiendo los números marcados y son pocos los que experimentaron una plenitud máxima al ganar el premio. Esta es la historia de un hombre en el Reino Unido que pasó de la alegría al disgusto en cuestión de minutos cuando fue a cobrar el dinero. ¿Qué ocurrió?
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El jugador británico estaba convencido de haber ganado cinco millones de libras en el sorteo (más de seis millones de dólares); sin embargo, cuando llegó al lugar donde había hecho su compra, se llevó tremendo disgusto. ¿Qué hubieras hecho?
La peculiar historia comenzó cuando el hombre de 60 años que no quiso ser identificado vio que cinco de los seis números que jugaba eran los mismos que estaban en la combinación ganadora. En ese instante pensó que era millonario.
“Entró con el boleto en la mano y estaba muy nervioso. Me pidió que lo metiera en la máquina para ver cuánto había ganado y realmente se llevó una gran sorpresa por no haber conseguido el premio que esperaba”, contó el encargado de la tienda a Lancs Live.
El número que le faltó para completar la combinación ganadora fue la diferencia para que pasara de millonario a un simple ganador. Y es que no se llevó el pozo completo, sino solo 1.800 libras (más de 2 mil dólares).
El empleado de la tienda agregó que “es un tipo encantador, muy conocido en el área, todos saben que ganó, pero que no se llevó ese premio gordo y todos lo sintieron por él. Con 1.800 libras esterlinas, ¿qué puedes hacer en estos días?”, precisó sin dejar de mencionar que el hombre se quedó con una sensación “difícil de explicar”.
Eso no fue todo, pues al protagonista de la historia le esperaba una nueva desilusión. Las tiendas de lotería en Reino Unido solo están autorizadas a pagar premios de hasta 500 libras, por lo que el pobre hombre se fue con las manos vacías. Para poder cobrar tenía que dirigirse a una sucursal de la lotería.
Otra clienta de la tienda que presenció el terrible momento recordó que el hombre “al principio estaba nervioso, pero después parecía destrozado. No todos los días alguien pierde un premio mayor por un número. Sentí pena por él porque quieres escuchar buenas noticias; además, si tienen suerte, esperas que un poco de esa buena suerte se contagie”.