En tiempos donde la inseguridad parece haberse convertido en una constante, surge una historia digna de reconocimiento. Un ingeniero de ciberseguridad de Portland, Oregon, Estados Unidos, se transformó en un detective improvisado y expuso una compleja red que robaba bicicletas en Los Ángeles para venderlas en México. Su nombre es Bryan Hance, un entusiasta de las bicicletas y cofundador del sitio Bike Index, una plataforma sin fines de lucro dedicada a ayudar a los ciclistas a registrar sus vehículos para facilitar la recuperación de aquellos que son robados o extraviados.
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Cómo comenzó a investigar el robo de bicicletas
Durante la pandemia de Covid-19, se registró un aumento exponencial en la compra de bicicletas. El miedo a contagiarse en el transporte público llevó a muchas personas a optar por este medio de transporte más seguro y saludable. Sin embargo, el aumento en la demanda también provocó un incremento en el robo de bicicletas y la expansión del comercio ilegal.
En 2020, Bryan Hance notó un patrón perturbador: comenzaban a llegar denuncias de robo de bicicletas de alta gama en la Bahía de San Francisco, California. Al investigar más a fondo, Hance descubrió que muchas de estas bicicletas robadas aparecían a la venta en Facebook Marketplace e Instagram, publicadas por vendedores en México. Esta coincidencia despertó su interés, y decidió seguir la situación más de cerca.
Al darse cuenta de que lo estaban observando, los delincuentes intentaron bloquear las publicaciones para que no se vieran fuera de México. Sin embargo, el ingeniero de ciberseguridad, utilizando sus habilidades y conocimientos técnicos, logró evadir estos bloqueos. Con esto, Hance se convirtió en un verdadero detective del mundo digital, rastreando las bicicletas robadas y contactando a las víctimas para recabar más detalles.
El descubrimiento de una segunda red de contrabando
Mientras Hance seguía investigando, los delincuentes intentaban mantener sus operaciones ocultas. Sin embargo, su persistencia y dedicación llevaron a un descubrimiento mayor: una segunda red de contrabando que operaba desde Colorado y cruzaba bicicletas robadas hacia Ciudad Juárez, México. Esta red de tráfico de bicicletas funcionaba de manera similar, con grandes robos en tiendas de bicicletas y la posterior venta de las mismas en México.
Afortunadamente, en Colorado, las autoridades prestaron más atención a los hallazgos de Hance. El 21 de noviembre de 2021, la oficina del fiscal general de Colorado acusó a ocho personas con un total de 227 cargos de robo, incluidos 29 robos en tiendas de bicicletas. En uno de estos atracos, la banda se llevó más de 90,000 dólares en bicicletas en menos de cinco minutos. La evidencia reunida, incluidas 158 cruces de frontera en un año y grandes retiros de dinero, permitió que los acusados se declararan culpables, logrando un golpe significativo contra esta red de delincuentes.
El regreso a California para resolver un caso pendiente
Tras su éxito en Colorado, Bryan Hance decidió retomar el caso de California. Con información obtenida de una publicación en redes sociales, logró identificar un taller mecánico en San José, California, propiedad de Víctor Romero, un posible colaborador en la venta de bicicletas robadas. Los estantes naranjas que aparecían en las imágenes del taller fueron una pista crucial. Hance contactó a un detective de San Francisco, quien supervisó una redada en el taller en la primavera de 2021.
Gracias a esta redada, la policía encontró una bicicleta robada, desmantelada y lista para ser enviada a Jalisco, México. Romero fue acusado de conspiración federal para comprar bicicletas robadas y venderlas en México, aunque se declaró no culpable. Sin embargo, a pesar de estos avances, el número de robos de bicicletas no ha disminuido significativamente y las denuncias continúan llegando al portal de Bike Index.
Un problema sin resolver
A pesar del éxito de Bryan Hance al desbaratar dos redes criminales, aún queda mucho por hacer. Las redes de robo de bicicletas continúan operando, y los delincuentes siguen buscando maneras de evadir la justicia. El ingeniero, quien continúa recibiendo correos electrónicos de víctimas desesperadas, señala a Los Angeles Times que la situación sigue siendo “demasiado flagrante para dejarla pasar”.
Este caso destaca no solo la creatividad y la perseverancia de un individuo que decidió tomar cartas en el asunto cuando las autoridades lo ignoraron, sino también la necesidad de una cooperación más estrecha entre las fuerzas del orden y la ciudadanía para combatir el crimen de manera efectiva.
Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.