Es un día cualquiera y te hace falta algo para algún quehacer doméstico: lo más rápido siempre será ir a la tienda o bodega del vecindario. Hasta ahí, todo bien. Lo raro sería que llegues al establecimiento y no te atienda una persona, sino un simpático perro. Por más increíble que parezca, esto es lo que sucedía en Japón hace algunos años. Esta es la historia viral de Chai.
Chai es un perrito Shiba Inu que junto a su dueña tenían el sueño de tener su propia tienda en dónde se vendieran productos para mascotas. Con esfuerzo lograron abrir un pequeño negocio llamado Suzuki Tobacco Store. Al menos, eso es lo que cuenta su propietaria en la explicación del negocio.
Chai estuvo al pendiente de la tienda desde que tenía 10 meses de edad, cuando acompañaba a su dueña cada que abría el local. El tierno perrito fue aprendiendo del negocio hasta que finalmente se hizo cargo al 100% del establecimiento. En el local de podía encontrar toda clase de productos.
El empleado, administrador y dueño de la tienda, es decir, Chai, aprendió a vender los productos tras muchas horas de adiestramiento al aprenderse los productos y atender a los clientes. En las tardes, la dueña del can iba con él y hacía el conteo de inventario y contabilizaba todas las ganancias.
El local era pequeño y tenía algunas cosas para mascotas como premios, croquetas o productos que les encantaran a los perritos como Chai quien, además de vender, también recibía muchos bocadillos al día, cuando los clientes pasaban a la tienda y no dudaban en dejar regalitos tras sus compras.
El inicio del negocio de Chai
Chai solía acurrucarse en los exhibidores de la pequeña tienda, donde tenía su cama con vista a la calle para ver si se aproximaba un cliente. Cuando alguien llegaba y tocaba la ventana o el timbre, el can de raza Shiba Inu rápidamente abría la ventana con su nariz y sus patas para comenzar a atender.
Un detalle de la tienda es que los productos no tenía un precio, los clientes dejaban el pago que ellos decidieran. Esto, que podría parecer un poco descabellado fue, en realidad, bastante rentable. Ya que según la dueña de Chai, las ganancias siempre sobrepasaban lo esperado, más para el perrito, ya que mucha de la paga eran comida y caricias con las que los clientes se despedián de tan lindo servicio.
Viral en las redes sociales
Este local se hizo viral en las redes sociales debido a la ternura y asombro que producía que un simpático can te atendiera al ir a comprar algo a la tienda. Miles de videos de Chai vendiendo sus productos corrieron por la red hasta convertir a la tienda del can en un sitio turístico de Japón.
La tienda tuvo hasta dos mil visitas al día en sus mejores momentos, lo gracioso es que la dueña de Chai no sabía de la fama que estaba logrando su perro ni del éxito en el que se estaba convirtiendo su tienda, hasta que, por supuesto, las ganancias y los medios hablaron.
La estrella global, Chai, fue una sensación en Japón, atrayendo locales y extranjeros hasta su local, quienes traían pepinillos como regalo, pues se informó que al can no le gusta la carne, sino que es fan de los pepinos tanto como el internet es fan de él.
Jubilado y celebridad
Pero como dice la canción: todo tiene su final, Chai tuvo que jubilarse. La dueña anunció el cierre de la tienda el 30 de octubre de 2015. Por lo que el perro lleva ya sus buenos años como un can jubilado, probablemente viviendo de los beneficios de haber sido una estrella de las ventas locales y del internet.
Shiba-Chan como su dueña le llama a Chai, ya es un can longevo que de vez en cuando sale en la cuenta de Instagram de su dueña para informar que está vivo y bien. Hace unos días una foto de él apareció en la red social, mostrando las canas del perrito que ahora disfruta de la vida.
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