Salina es gerente de un resort local, el Lake Clark Resort. Su esposo, Jared Richardson, de 25 años, llegó como turista desde Detroit en 2022 y decidió quedarse. (Foto: @salinaalsworth)
Salina es gerente de un resort local, el Lake Clark Resort. Su esposo, Jared Richardson, de 25 años, llegó como turista desde Detroit en 2022 y decidió quedarse. (Foto: @salinaalsworth)
Salina es gerente de un resort local, el Lake Clark Resort. Su esposo, Jared Richardson, de 25 años, llegó como turista desde Detroit en 2022 y decidió quedarse. (Foto: @salinaalsworth)
Jorge Villanes

Salina Alsworth es una joven de 27 años que vive en uno de los lugares más remotos de todo Estados Unidos: Port Alsworth, un pequeño pueblo en Alaska en donde solo viven unas 180 personas. No hay bares, teatros, tiendas ni restaurantes. Para conseguir comida, tiene que esperar entregas en avión que llegan solo cada dos meses, o volar 200 millas hasta Anchorage, la ciudad más cercana.

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Su familia vive en el pueblo desde que sus bisabuelos, Babe y Mary Alsworth, se mudaron allí en los años 40. En esa época, el gobierno estadounidense ofrecía tierras a quienes pudieran demostrar que podían vivir de forma autosuficiente. Desde entonces, varias generaciones de los Alsworth se establecieron en ese lugar tan aislado.

Salina es gerente de un resort local, el Lake Clark Resort. Su esposo, Jared Richardson, de 25 años, llegó como turista desde Detroit en 2022 y decidió quedarse. Aunque no estaba acostumbrado a la vida remota, se adaptó bien.

Las condiciones de vida en Salina Alsworth no son sencillas. (Foto: @salinaalsworth)
Las condiciones de vida en Salina Alsworth no son sencillas. (Foto: @salinaalsworth)

“Jared y yo llevamos ya unos cuantos años de matrimonio, y es estupendo”, declaró Salina a SWNS según el New York Post. “Al principio fue todo un reto, pero nos ha hecho crecer a las mil maravillas”.

Las condiciones de vida en Port Alsworth no son sencillas. “No hay tienda de comestibles, así que cuando vas a casa de tus colegas y quieres unas cervezas o comida, tienes que asaltar tu propia despensa”, cuenta.

También explica que en invierno las tormentas de nieve y la niebla dificultan los vuelos, que son la única forma de transporte y de abastecimiento.

En cuanto a la atención médica, las opciones son limitadas y, en caso de emergencia, deben transportarse en helicóptero al pueblo más cercano. (Foto: @salinaalsworth)
En cuanto a la atención médica, las opciones son limitadas y, en caso de emergencia, deben transportarse en helicóptero al pueblo más cercano. (Foto: @salinaalsworth)

En cuanto a la atención médica, las opciones son limitadas. “Aquí no hay hospitales. Tenemos una pequeña clínica que hace cosas básicas, pero si tienes un bebé o necesitas cirugía tienes que llegar en avión”, dice Salina. El pueblo, por cierto, solo tiene una pequeña tienda de regalos y dos cafeterías.

Para sobrevivir el invierno, Salina debe organizarse con anticipación. “Recibimos entregas de alimentos una vez cada dos meses. Intento comprar todo lo que necesito para el invierno en octubre, cuando termina la temporada, y hacer que dure hasta mayo”.

A pesar de los retos, Salina no se imagina viviendo en otro lugar. (Foto: @salinaalsworth)
A pesar de los retos, Salina no se imagina viviendo en otro lugar. (Foto: @salinaalsworth)

También aprovechan los recursos locales: “En julio reponemos el congelador con salmón fresco. Septiembre es la temporada del alce, en nuestra familia tenemos alce cada dos años”.

A pesar de los retos, Salina no se imagina viviendo en otro lugar. “Este es el lugar donde siempre pensé que viviría, no puedo pensar en vivir en otro sitio”, afirma.

Lo que más valora es el sentido de comunidad. “Siempre que hay una emergencia, o si alguien pasa por algo, estamos a mano para ayudarnos unos a otros. Cada vez que alguien va a la ciudad, pregunta si alguien necesita algo. Siempre estamos pendientes los unos de los otros”, asegura.

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