
Cuando James Orrigo y su esposa compraron su casa en Maine, pensaron que ya conocían cada rincón del lugar; sin embargo, un detalle aparentemente sin importancia los llevó a descubrir algo extraordinario: una habitación secreta que había estado oculta durante décadas.
Todo ocurrió durante una tarde con amigos, cuando notaron una pequeña ventana sobre la cocina que no tenía sentido alguno. Fue asi´que decidieron investigar.
“Estábamos haciendo una parrillada con amigos y notamos una extraña ventanita sobre nuestra cocina. Pero no hay habitaciones sobre la cocina, lo que nos despertó curiosidad”, contó Orrigo a Newsweek.

El hombre, de 34 años, notó que la ventana estaba atornillada desde dentro y decidió averiguar qué había detrás. “Era extraño y añadía al misterio”, recordó.
Tomó una escalera, rompió el vidrio y logró abrir el marco. Lo que encontró fue un espacio completamente sellado e invisible desde el resto de la casa.
“De repente teníamos todo este cuarto que nunca supimos que existía”, relató emocionado. “Todos nos ilusionamos con la idea de encontrar un tesoro escondido, una habitación secreta o, al menos, un poco más de espacio de almacenamiento, algo valioso con cuatro hijos, un perro y varias gallinas”.

El hallazgo se volvió viral cuando Orrigo compartió el proceso en su cuenta de Instagram. En los videos se ve cómo sube, rompe la ventana y accede al espacio en cuestión.
“Hay algo aquí, ¡eso es una puerta!”, exclamó en uno de los clips. Más tarde, mostró cómo limpiaba el lugar y planeaba su transformación: “El primer paso es empezar a limpiarlo, sacar el polvo y las telarañas. La siguiente etapa es buscar inspiración para el épico pasadizo secreto”.
Lejos de dejar el cuarto vacío, la pareja decidió convertirlo en un ambiente especial. “La estamos transformando en un escondite con temática náutica lleno de misterio: pasadizos secretos, compartimentos y pequeños detalles que despiertan la imaginación”, explicó el joven.

Además del valor decorativo, el proyecto tiene un nuevo significado personal. “Mi bisabuelo Sal era carpintero y le encantaban los detalles ocultos. Recuerdo haber encontrado un escritorio que él construyó con un cajón secreto lleno de tesoros. Esto se siente como un homenaje a ese legado”, expresó Orrigo.
Su objetivo ahora es compartir todo el proceso de renovación para inspirar a sus hijos, y a quienes lo sigan en redes, a mantener viva la curiosidad y el espíritu explorador.
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