El fricasé de pollo es una plato tradicional de la gastronomía de Cuba. Se necesitan pocos ingredientes y por ello es un plato económico que puede rendir para varias personas. También se puede hacer con camarones. Esta receta es muy sencilla y rápida de hacer e ideal para un almuerzo de fin de semana con la familia o roommates. Puedes servirlo con arroz blanco.
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- 4 piezas de pollo sin piel
- 3 tazas de papas peladas y cortadas en cubitos
- 5 dientes de ajo machacados
- 1 cebolla amarilla cortada en cubitos
- 1 pimiento verde
- Lata de 15 oz de salsa de tomate
- 1 taza de jugo de naranja amargo (mitad lima, mitad naranja)
- 1/2 taza de vino blanco para cocinar
- 1/3 taza de aceite vegetal
- 1 cucharada de sal
- 1/2 cucharada de pimienta
- 1/2 cucharada de comino
- 1/2 cucharada de ajo en polvo
- 1/2 cucharada de orégano seco
- 1 hoja de laurel
- 1 paquete de sazón con achiote
- 1/2 taza de aceitunas verdes rellenas con pimiento
- 1 taza de agua
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Preparación
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- Adoba el pollo con jugo agrio de naranja, ajo, cebolla y pimiento, y coloca en el refrigerador por al menos una hora.
- Calienta aceite en una olla grande y cocina el pollo hasta que se dore. Agrega el jugo cítrico, cebolla y pimiento y cocina lentamente.
- Agrega la salsa de tomate, el vino para cocinar, las aceitunas y los condimentos secos. Mezcla de vez en cuando para combinar los sabores, y cocina a fuego lento por 5 minutos.
- Incorpora las papas y cubre con el agua que haga falta. Cocina a temperatura media por aproximadamente 30 minutos o hasta que el pollo esté cocinado por completo y las papas estén suaves.
- Sirve caliente y acompaña con arroz blanco.
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¿Cómo ahorrar dinero al cocinar?
Evita las verduras ya cortadas
Ser un poco perezoso en la cocina suele salir caro, así que a la hora de ahorrar lo primero es tener un cuchillo y demostrarte a ti mismo que eres capaz de cortar esa cebolla o zanahoria. No te harás millonario, pero si practicas mucho eso del corte puede que te ahorres algunos centavos para un gustito.
Nada de desechar verduras y frutas: cremas y batidos
Aquí no se desperdicia nada, como diría la abuela, y más si queremos ahorrar. Las frutas y verduras que estén un poco marchitas pueden tener una segunda vida en forma de sustanciosas cremas y refrescantes batidos. ¿Un plátano mustio? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido.
Haz caldos
No sólo como ingrediente para otras preparaciones, sino para improvisar una sopa salvadora. Comprarlo hecho no siempre es buena idea. Pon un día la olla y preparar unos litros de caldo para, de paso, aprovechar algunas de esas verduras que ya no están para aguantar más tiempo.
Busca productos de temporada
El sentido común es básico a la hora de hacer las compras y pensar en el menú de la semana o el mes. Si somos de ir al mercado será fácil saber qué está de temporada porque será lo más económico. A partir de ahí, sólo hay que pensar qué cocinar con eso que hemos comprado a buen precio en el supermercado.
Cortes de carne más baratos
Ser carnívoro también es compatible con ahorrar. Es más cuestión de saber comprar que de saber cocinar y tener claro que no siempre los cortes más caros son los más exquisitos. ¿Has probado los contramuslos de pollo? Mucho más barato y sabrosos para, por ejemplo, acompañar con un cremoso puré de papas.