Cuando el gato está emocionado puede agarrarte de las manos o pies, pero debes enseñarle a "cazar" sus juguetes. Los de pesca sobre cuerdas, un puntero láser o un ratón con hierba gatera son buena opción. Así tus dedos estarán lejos y no los podrá morder, hecho que hace por diversión. (Foto: Monika Designs / Pixabay)
Cuando te muerda o rasguñe dile "¡NO!" con un tono autoritario y señálalo con un dedo. Míralo directamente a los ojos y retírate del lugar. Nunca recurras a los gritos y repítelo cada vez que suceda hasta que aprenda a no hacerlo. (Foto: Sa Ka / Pixabay)
Cuando te mordisquee da un chillido como si te doliera "¡ay!" y retírate haciéndole entender que el juego se acabó. Así evitará hacerlo con tal de seguir jugando. Alejarte y no prestar atención por 5-10 minutos es la mejor manera de detener el juego agresivo. (Foto: congerdesign / Pixabay)
Incluye sesiones de juegos todos los días de 5 a 10 minutos. Déjalo que se mueva por varios lugares con un juguete de pesca hasta que quede exhausto. (Foto: Pexels)
Los gatos necesitan estirar las garras y marcar su territorio. Para que no te cause lesiones, redirígelo a su rascado o juguetes cada vez que saque las garras. La postura de su cuerpo te indicará el momento en que quiere atacar. (Foto: Vojtěch Adam / Pixabay)
Un gato estresado o ansioso puede ser más propenso a mordiscos o arañazos. Tener en casa escondites, comida, agua, arenero y postes para rascar es básico para la mascota. También verifica que esté sano, pues el dolor puede aumentar la probabilidad de un ataque. (Foto: Pexels)