
A la fecha, los científicos creen que, en la mayoría de pacientes, la enfermedad de Alzheimer se da por una combinación de factores genéticos, ambientales y estilos de vida que afectan el cerebro a lo largo del tiempo. Hay diversas teorías que relacionan a este mal con la ausencia de determinadas proteínas o con otras enfermedades como la diabetes en el caso de mujeres; sin embargo, todavía no se entienden por completo las causas exactas de la enfermedad que afecta a más de 69 millones de adultos mayores solo en Estados Unidos (EE.UU.).
Sin embargo, un reciente estudio realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Centro de Investigación Cerebral Barcelonaβeta (BBRC) de España sugiere que determinados eventos vitales estresantes “afectan la salud cerebral” y “se asocian” con el mal de Alzheimer.

Los resultados del estudio, que han sido publicados en la revista Neurology, sugieren que la muerte de la pareja y estrés económico afectan la salud cerebral.
En la investigación se determinó que el duelo por la pérdida de la pareja se relaciona con alteraciones en procesos biológicos relacionados con el alzhéimer.
Cómo reaccionan los biomarcadores del mal Alzheimer al duelo
Cuando una persona sufre el mal de Alzheimer, es posible ver cambios en su cerebro: alteración en los niveles de algunas proteínas. Uno de estos cambios es la menor proporción de beta amiloide 42/40.
La beta amiloide 42 se caracteriza por su alta tendencia a formar agregados en el cerebro. Por lo tanto, una disminución de su proporción en el líquido cefalorraquídeo generalmente indica un incremento en la deposición de beta amiloide en el tejido cerebral, constituyendo así un signo temprano de la enfermedad de Alzheimer.
Asimismo, hay niveles incrementados de tau fosforilada, responsable de causar daño neuronal, y de neurogranina, cuya presencia se eleva al perderse las interconexiones entre neuronas.

La pérdida de una pareja sentimental se correlaciona con cambios en ciertos biomarcadores, incluida una menor proporción de beta amiloide 42/40, siendo este efecto más pronunciado en hombres, y un incremento en los niveles de tau fosforilada y neurogranina, efectos que resultaron más significativos en mujeres.
Estas modificaciones fueron más pronunciadas en individuos con un nivel educativo más bajo.
De igual modo, se dedujo que el desempleo y las pérdidas económicos se vinculan con diferencias estructurales en el cerebro. En el caso del desempleo afectó más al cerebro de los hombres, mientras que las pérdidas económicas al de las mujeres.
Para esta investigación se contó con la participación de 1.200 personas de la cohorte ALFA (alzhéimer y Familiares) y del Centro de Investigación Cerebral Barcelona Beta, y personas sin deterioro cognitivo.
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