
Por años los hemos tenido a la mano, sin sospechar que podían convertirse en un riesgo silencioso. Los alimentos ultraprocesados no solo son ricos en calorías vacías y azúcares ocultos: también pueden aumentar el riesgo de cáncer colorrectal. Así lo reveló un estudio de la Universidad del Sur de Florida (USF), que encendió las alertas sobre lo que comemos todos los días.
“El cáncer es como una herida crónica que no cicatriza: si el cuerpo se alimenta a diario de alimentos ultraprocesados, su capacidad para sanar esa herida disminuye”, explicó el Dr. Timothy Yeatman, profesor de cirugía en la Facultad de Medicina Morsani de la USF, en declaraciones al New York Post.
¿Qué hacen los ultraprocesados en tu cuerpo?
De acuerdo con el estudio, los alimentos ultraprocesados (UPF, por sus siglas en inglés) promueven una inflamación crónica en el organismo. Este tipo de inflamación, a diferencia de la que ocurre ante una herida o infección, se mantiene activa incluso cuando ya no hay una amenaza real. Y con el tiempo, puede dañar el ADN y crear un ambiente propicio para el desarrollo de cáncer.
Yeatman asegura que los UPF suprimen el sistema inmunológico, facilitando la proliferación del cáncer. Al analizar 162 muestras tumorales de pacientes con cáncer colorrectal en el Hospital General de Tampa, el equipo encontró una sobrecarga de moléculas proinflamatorias y una escasez alarmante de aquellas que ayudan a combatir la inflamación.

El estudio apunta directamente a la llamada dieta occidental, rica en azúcares añadidos, grasas saturadas, productos químicos, aceites de semillas y, por supuesto, alimentos ultraprocesados. Estos componentes no solo alteran el equilibrio de nuestro sistema inmunológico, sino que lo empujan a un estado constante de alerta que deteriora la capacidad natural de curarse.
“El aceite de soja, por ejemplo, está presente en muchísimos productos que consumimos a diario: pan, cereales, donas, tartas, galletas, mayonesa, aderezos para ensalada e incluso hummus”, advierte Yeatman. Y aunque una cantidad moderada podría no ser perjudicial, su consumo excesivo podría estar impulsando la inflamación crónica.
¿Cómo reemplazar los ultraprocesados?
La buena noticia es que el cuerpo también tiene la capacidad de sanar, si se le da lo que necesita. Esa es la base de la medicina de resolución, un enfoque que propone revertir la inflamación crónica a través de una alimentación rica en grasas saludables y omega-3, presentes en alimentos no procesados.
“El cuerpo es resiliente”, sostiene Yeatman. “Si realmente se modifica la dieta para evitar los aceites inflamatorios y los altos niveles de azúcar, los resultados podrían verse en cuestión de meses”.
Entre los alimentos recomendados para combatir la inflamación se encuentran:
- Pescados grasos como el salmón, fletán o cangrejo
- Verduras verdes como espinacas, coles de Bruselas y algas marinas
- Carnes de animales alimentados con pasto y criados en pasturas
- Grasas saludables derivadas de aguacates y frutos secos

Además, los expertos sugieren incluir en la dieta suplementos de omega-3 de “segunda generación”, que, según estudios preliminares, se absorben mejor que el aceite de pescado estándar. Dormir bien y realizar actividad física también son parte clave del plan de prevención.
El cáncer colorrectal es hoy la segunda causa principal de muerte por cáncer en Estados Unidos, y las tasas han aumentado entre adultos menores de 50 años. Por eso, el equipo de la USF continúa investigando por qué tantos tumores colorrectales están inflamados y qué los hace más agresivos.












