
La administración de Donald Trump llegó a un acuerdo con el gobierno de Nayib Bukele para que El Salvador mantenga encarcelados a 238 venezolanos acusados de pertenecer a la peligrosa pandilla Tren de Aragua. El trato implicaría un pago de unos millones de dólares por parte de Estados Unidos para cubrir los costos de encarcelamiento. Este acuerdo implicó el traslado de los detenidos al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), donde se prevé permanecerán al menos un año, o más si las autoridades deciden prorrogar el tiempo.
El traslado de los detenidos al Cecot refleja una colaboración sin precedentes entre ambos gobiernos en materia de seguridad y control del crimen organizado. El Cecot, inaugurado en 2023 bajo la política de tolerancia cero de Bukele contra las pandillas, es una de las prisiones más seguras y estrictas de América Latina.
De acuerdo con la misma Casa Blanca, el trato implicaría un pago de al menos US$6 millones por parte de Estados Unidos para cubrir los costos de encarcelamiento, lo que se traduce en aproximadamente US$25,000 por detenido. Esta cifra representa un 43% menos que el costo promedio de mantener a un recluso en una prisión estadounidense, lo que ha sido presentado por la administración Trump como una solución más rentable para los contribuyentes.

¿DÓNDE ESTÁ EL CECOT Y CÓMO ES LA VIDA EN ESA CÁRCEL?
El Cecot, ubicado en Tecoluca, es una instalación diseñada para albergar hasta 40,000 reclusos. Rodeado por muros de concreto de 11 metros de altura y alambradas electrificadas, el centro se asemeja a una fortaleza militar. La entrada principal está custodiada por múltiples retenes de seguridad, lo que garantiza un control total sobre el acceso. Las medidas de seguridad son extremas, y las condiciones dentro de la prisión reflejan el enfoque implacable de Bukele hacia el crimen organizado.
La vida en el Cecot está marcada por una rutina dura y sin concesiones. Las celdas, diseñadas para alojar a decenas de reclusos, están equipadas con literas metálicas sin colchones ni sábanas. Los internos duermen sobre superficies frías y duras, mientras que los baños son compartidos y carecen de privacidad. La alimentación se limita a dos comidas diarias, básicas y sin variedad, servidas directamente en las celdas. Además, los reclusos no tienen acceso a actividades recreativas ni educativas, y las conversaciones están estrictamente reguladas.
El régimen de disciplina es extremo. Los traslados internos se realizan con los reclusos esposados de pies y manos, siempre bajo estricta vigilancia. Cualquier intento de violar las normas o de organizar una revuelta es castigado con aislamiento en celdas de castigo, oscuras y sin mobiliario. Las inspecciones constantes y la presencia permanente de personal de seguridad refuerzan el control absoluto sobre los internos.

CECOT GENERÓ CRÍTICAS
Las organizaciones de derechos humanos denunciaron las condiciones inhumanas del Cecot y expresaron su preocupación por las posibles violaciones al debido proceso. La ausencia de visitas familiares y la falta de actividades de rehabilitación han sido señaladas como factores que podrían agravar la situación psicológica de los reclusos. Sin embargo, Bukele ha defendido este enfoque como una respuesta necesaria para garantizar la seguridad y estabilidad en El Salvador.
El acuerdo entre Trump y Bukele ha abierto un intenso debate sobre la ética y las implicaciones políticas de esta medida. Para Trump, es una solución financiera y de seguridad que reduce la presión sobre el sistema penitenciario estadounidense. Para Bukele, representa una validación de su estrategia de seguridad y un refuerzo económico para el sistema penitenciario salvadoreño. Sin embargo, las críticas sobre las condiciones de encarcelamiento y el trato a los detenidos siguen generando controversia.

Periodista con experiencia en redacción y creación de contenido digital. Soy licenciado de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Trabajé en medios de comunicación y agencias de marketing. Experiencia también como fotógrafo en campos deportivos.