
En un giro inesperado, dos altos funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos fueron removidos de sus cargos. Esta decisión llega en un momento de creciente presión por parte de la administración de Donald Trump, que busca intensificar los arrestos y deportaciones de inmigrantes indocumentados.
Las personas que no seguirán ejerciendo esta labor son Peter Berg y Russell Hott. La remoción de estos líderes refleja la frustración de Trump ante lo que considera un ritmo insuficiente para cumplir sus ambiciosos objetivos migratorios.

LAS RECIENTES MOVIDAS EN EL ENTORNO DE ICE
Según informó Washington Post, Berg y Hott fueron reasignados al trabajo de campo, mientras que Todd Lyons asumió el liderazgo de las Operaciones de Cumplimiento y Deportaciones del ICE, la unidad responsable de los arrestos y deportaciones. Este movimiento no es solo un cambio de nombres, sino un mensaje claro de que la administración espera resultados más rápidos y contundentes.
Desde que asumió la presidencia, Trump prometió deportaciones récord, argumentando que eran necesarias para revertir los altos niveles de inmigración alcanzados durante el gobierno de su predecesor, Joe Biden. Para cumplir esta promesa, emitió órdenes ejecutivas que facilitan la detención de inmigrantes, incluso de aquellos sin antecedentes penales, y asignó a otros agentes federales para apoyar al ICE.
Inicialmente, estas políticas parecieron dar resultados: a finales de enero, los arrestos aumentaron a un ritmo de 800 a 1,200 por día. Pero en febrero el impulso se desaceleró. ¿El motivo? Los centros de detención alcanzaron su capacidad máxima y los equipos adicionales regresaron a sus asignaciones originales, lo que limitó el margen de maniobra del ICE.

QUIEREN LOGRAR EL OBJETIVO DE DONALD TRUMP
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) no ha ocultado su impaciencia. Tricia McLaughlin, portavoz del DHS, subrayó que “el ICE necesita una cultura de rendición de cuentas” y que el presidente y el pueblo estadounidense “exigen resultados con razón”. Este enfoque de rendición de cuentas parece haber sido el detonante de los cambios recientes en la cúpula del ICE.
El momento no podría ser más crítico. Trump y sus principales funcionarios de inmigración se han mostrado cada vez más frustrados no solo con el ritmo de los arrestos, sino también con la liberación de migrantes debido a la falta de capacidad de detención. La situación se complica aún más por las llamadas “ciudades santuario” y las filtraciones de información, lo que, según el zar fronterizo Tom Homan, obstaculiza los esfuerzos de aplicación de la ley.
En respuesta, Homan ha sido claro en su postura: “Necesitamos aumentar los arrestos de inmigrantes ilegales, especialmente aquellos con condenas penales. Así que vamos a continuar”. Esta declaración deja claro que la administración Trump no tiene intención de reducir la intensidad de sus políticas migratorias. Al contrario, parece estar redoblando sus esfuerzos para alcanzar sus objetivos.

Periodista con experiencia en redacción y creación de contenido digital. Soy licenciado de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Trabajé en medios de comunicación y agencias de marketing. Experiencia también como fotógrafo en campos deportivos.