
En Estados Unidos, las políticas migratorias no solo afectan a las personas detenidas o deportadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), también golpean de lleno a unas víctimas invisibles: las mascotas que, de un día para otro, se quedan sin su familia humana.
Perros, gatos y otros animales domésticos terminan desamparados en refugios saturados, o dependen únicamente de la buena voluntad de vecinos y voluntarios. Y aunque para millones de migrantes estos animales son parte de su familia, la ley estadounidense los considera propiedad, dejándolos fuera de cualquier protocolo oficial en caso de deportación.
¿QUÉ PASA CON LAS MASCOTAS CUYOS DUEÑOS FUERON DEPORTADOS POR ICE?
Durante los primeros 100 días de la actual administración de Donald Trump, más de 142,000 inmigrantes fueron deportados. En junio de 2025, casi 58,000 personas permanecían detenidas por ICE, la mayoría sin antecedentes penales. Sin coordinación con servicios sociales ni albergues, muchas mascotas quedan encerradas en casas vacías o son entregadas apresuradamente a refugios. La Sociedad americana para la prevención de la crueldad contra los animales (ASPCA) advierte que este abandono forzado está aumentando, aunque las cifras oficiales aún no lo reflejan.

Dolorosas historias
Sin embargo, hay historias que reflejan el dolor de apartarse de una mascota. En Los Ángeles, el Carson Animal Care Center recibió a Coco y Bruce, dos jóvenes perros cuyos responsables fueron deportados. “Las familias lloran al dejarlos. Es un dolor doble”, relata su directora. En Las Vegas, la organización Kiss My Paws Rescue acogió a Pirrumina, una perrita que sus dueños dejaron al marcharse voluntariamente para evitar la deportación. Otros casos, como el de seis gatos abandonados tras un operativo, muestran el vacío legal y emocional que deja la ausencia de protocolos.
¿QUÉ HACER CON LA MASCOTA ANTE EL RIESGO DE SER DEPORTADO?
Para muchas personas migrantes, su mascota es su único vínculo emocional estable y perderla en medio de un proceso de deportación agrava el trauma, señala Kiss My Paws Rescue. En algunos casos, familias intentan costear el traslado internacional de sus animales, pero los requisitos, costos y trámites lo hacen inviable. La situación es aún más grave para quienes dependen de animales de servicio o apoyo emocional, ya que no existe un mecanismo claro para garantizar su cuidado durante la detención.
Por ello, organizaciones como la Multicultural Veterinary Medical Association (MCVMA) recomiendan elaborar un plan de emergencia:
- Nombrar un cuidador de confianza.
- Dejar instrucciones escritas y acceso al hogar.
- Mantener microchip y datos de contacto actualizados.
- Guardar documentación veterinaria y un fondo de emergencia.
- Considerar un poder notarial para decisiones sobre el animal.
NOTA: Se recomienda un poder notarial o documento legal que otorgue a un tercero la autorización para tomar decisiones sobre la mascota, lo que ayuda a evitar complicaciones legales.












