Hace apenas un par de años, la ingeniería rápida (prompt engineering) era vista como la joya de la corona en el emergente mundo de la inteligencia artificial. Se hablaba de salarios de hasta 200 mil dólares, de habilidades casi mágicas para comunicarse con modelos de lenguaje y de una demanda sin precedentes en el mercado laboral tecnológico. Sin embargo, hoy esa promesa se ha esfumado tan rápido como llegó.
El auge de la ingeniería rápida se basaba en una idea poderosa: que los grandes modelos de lenguaje requerían entradas cuidadosamente diseñadas para funcionar bien. El rol del ingeniero era precisamente ese: formular los comandos, preguntas o instrucciones óptimas para obtener la mejor respuesta.
Pero a medida que la tecnología ha evolucionado, también lo han hecho los modelos. Ahora son más hábiles, más contextuales y mucho más conversacionales. Ya no necesitan que les hablen en “clave”.
HOY LAS EMPRESAS BUSCAN OTROS PERFILES
“Hace dos años, todo el mundo decía: ‘Creo que el ingeniero de sistemas será el puesto más solicitado’”, señaló Jared Spataro, director de marketing de IA en el Trabajo en Microsoft. Pero la realidad ha sido otra. Según una encuesta realizada por la empresa, las compañías hoy priorizan otros perfiles relacionados con IA, como formadores, especialistas en datos y expertos en seguridad, dejando atrás a los ingenieros de prontitud.
Una de las razones de esta transformación es que la IA se ha democratizado dentro de las empresas. Lo que antes se concebía como una habilidad técnica de nicho, ahora se enseña a empleados de todos los departamentos. Nationwide, por ejemplo, ofrece capacitación en IA a todo su personal, incluyendo recursos humanos, derecho y finanzas. “Vemos que esto se convertirá en una capacidad dentro de un puesto de trabajo, no un puesto de trabajo en sí mismo”, explicó su director de tecnología, Jim Fowler.
EL MERCADO LABORAL TAMBIÉN LO REFLEJA
En Indeed, una de las plataformas de empleo más grandes del mundo, las búsquedas de “ingeniero de prontitud” llegaron a un pico en abril de 2023 con 144 búsquedas por millón, pero desde entonces han caído a solo 20 o 30. Lo más llamativo: apenas hubo publicaciones reales buscando cubrir ese rol. Lo que parecía una fiebre se diluyó antes de consolidarse como una profesión.
En parte, el auge fue alimentado por el entusiasmo desbordado tras la llegada de herramientas como ChatGPT, que dieron la impresión de que dominar los “prompts” era la llave dorada del futuro profesional. Pero con el tiempo se comprobó que no hacía falta ser un experto en comandos para interactuar con una IA poderosa. Hoy, herramientas como el agente de investigación de Microsoft pueden incluso hacer preguntas de seguimiento o pedir aclaraciones cuando no entienden algo. La IA aprendió a entendernos mejor.
Además, la incertidumbre económica ha llevado a muchas compañías a pensarlo dos veces antes de contratar nuevos perfiles. Empresas como Carhartt y New York Life confirmaron que nunca sintieron la necesidad de contratar ingenieros de prontitud. En su lugar, invirtieron en formar a sus equipos existentes, integrando el conocimiento de IA como una habilidad transversal.
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