
Sé que hablar de inmigración en Estados Unidos es un tema delicado. Y si tú o alguien cercano está atravesando un proceso con ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas), cada decisión puede cambiarlo todo. Por eso quiero contarte algo que, aunque no se habla tanto, es clave: la salida voluntaria. Esta opción puede marcar la diferencia entre regresar con dignidad o cargar con una orden de deportación que complique cualquier intento futuro de volver legalmente al país.
Gracias a organizaciones como el Proyecto Florence, que trabaja especialmente en Arizona con migrantes detenidos sin abogado, ahora sabemos más sobre este proceso y quién puede solicitarlo. ICE ha confirmado que esta es una vía válida y reconocida legalmente, pero también dejó claro que no todos califican. Así que aquí te explico, paso a paso y sin rodeos, cómo funciona esto.

¿QUÉ ES EXACTAMENTE LA SALIDA VOLUNTARIA?
En palabras simples, la salida voluntaria te permite regresar a tu país de origen sin que quede una orden formal de deportación en tu historial. Suena simple, pero tiene sus reglas. Según ICE y el Proyecto Florence, esta opción solo puede ser autorizada por un juez de inmigración, y hay requisitos que debes cumplir desde el inicio del proceso legal.
Lo más importante es que no puedes solicitar este beneficio en cualquier momento. Tiene que ser al comienzo del proceso de deportación. Es decir, debes estar dispuesto a aceptar que puedes ser removido del país y comprometerte a no pedir otros beneficios migratorios una vez que inicies esta solicitud.
¿QUIÉNES CALIFICAN?
Para que te hagas una idea clara, estas son las personas que sí podrían acceder a una salida voluntaria, según los lineamientos de ICE y del Proyecto Florence:
- Los que no tienen antecedentes penales graves.
- Aquellos que no han recibido una salida voluntaria previamente tras entrar ilegalmente.
- Personas que ingresaron legalmente o que fueron admitidas por un puerto oficial de entrada.
- Quienes puedan pagar su viaje de regreso y presentar documentos de viaje vigentes.
- En algunos casos, se exige una fianza de US$500.
Además, el solicitante debe demostrar buena conducta, vínculos con la comunidad y presentar documentación que respalde su historial positivo. Te explico más abajo qué tipo de documentos se pueden presentar.
¿QUIÉNES NO CALIFICAN, SEGÚN ICE?
Ahora viene lo importante: quiénes están automáticamente excluidos. ICE lo ha dejado bien claro:
- Personas que hayan cometido delitos graves o agravados.
- Quienes hayan ingresado al país sin permiso por segunda vez.
- Migrantes que usaron el Programa de Exención de Visado (Visa Waiver Program).
- Personas que no fueron admitidas legalmente por un puerto oficial de entrada.

ASÍ ES EL PROCESO ANTE EL JUEZ
El proceso empieza durante las primeras audiencias judiciales. Si el abogado del gobierno no se opone, el juez puede aprobar la salida de inmediato. Si hay objeciones, se realiza una audiencia impugnada, donde se deben presentar pruebas.
El Proyecto Florence recomienda mostrar documentos como:
- Cartas de apoyo de familiares o vecinos.
- Registros escolares, médicos o laborales.
- Certificados de rehabilitación (si aplica).
- Fotografías familiares o de comunidad.
- Cualquier evidencia que muestre arraigo y buena conducta.
Todo debe estar organizado en categorías, en inglés, y se debe entregar copia al juez, al abogado del gobierno y conservar otra uno mismo.
TESTIMONIOS QUE SÍ AYUDAN
Una parte crucial del proceso es el testimonio personal. El Proyecto Florence sugiere hablar “desde el corazón”, con sinceridad y claridad. No es momento para adornar las cosas: lo mejor es explicar con ejemplos concretos por qué se merece esta segunda oportunidad.
Incluso los familiares pueden testificar. El juez suele valorar mucho el apoyo de la comunidad, la familia y los empleadores.
¿QUÉ PASA SI NO CUMPLES EL PLAZO?
Este punto es vital. Si el juez aprueba la salida voluntaria, tienes que cumplir con la fecha de salida. Si no lo haces, la salida se convierte automáticamente en una orden de deportación, con una multa que puede llegar hasta los US$5,000 y una prohibición de ingresar al país por hasta 10 años.
La persona debe pagar su viaje, gestionar sus documentos y asegurarse de salir a tiempo, incluso si está detenida. Afortunadamente, el Proyecto Florence no cobra por sus servicios y ofrece ayuda gratuita a quienes más lo necesitan.
¡Mantente al tanto de los temas que importan en Estados Unidos 🇺🇸! Únete a nuestro canal de WhatsApp. 👉 Haz clic aquí y sé parte de nuestra comunidad. ¡Te esperamos!

Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Con siete años de experiencia en medios de comunicación escritos, tanto en ediciones impresas como digitales. Actualmente redacto para el Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.