
En el corazón del sur de Los Ángeles, mientras estallaban protestas contra las redadas migratorias, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizaron el arresto de Omar Pulido Bastida, un inmigrante indocumentado con antecedentes penales, incluyendo robo y arrestos previos por asesinato y agresión. Pero no fue su historial lo que activó la última alarma federal, sino un gesto indignante: escupió a un agente de ICE durante el operativo. Por ese acto, Pulido Bastida enfrenta ahora un cargo federal de agresión, además del delito de reingreso ilegal al país.
EL GOBIERNO FEDERAL ASEGURÓ QUE NO HABRÁ TREGUA
La subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, usó el incidente para reforzar el discurso oficial. En declaraciones a Fox News Digital, calificó a Pulido Bastida como un “delincuente indocumentado” y arremetió contra líderes demócratas como el gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass. “¿Cuánto tiempo más seguirán priorizando a estos inmigrantes ilegales delincuentes sobre sus propios ciudadanos?”, preguntó retóricamente, en medio de la creciente polarización política.

“ICE seguirá aplicando la ley y arrestando inmigrantes ilegales delincuentes”, aseguró McLaughlin, desafiando las críticas que acusan a la agencia de actuar con brutalidad y sin transparencia. El fiscal federal Bill Essayli fue incluso más directo: “Si escupes, te golpeamos... ese comportamiento será castigado como corresponde”, sentenció.
Los detalles del arresto, difundidos por el Departamento de Justicia, refuerzan el dramatismo del caso. Según el informe, Pulido Bastida insultó desde su balcón a los agentes, luego bajó y les escupió a través de una reja, asegurando conocer sus derechos. Poco después, ICE forzó la entrada a su hogar y lo encontró escondido. “Vale, me tienes”, fue su frase final antes del arresto.

ESTE INCIDENTE ES APENAS UNA CHISPA EN UN TERRENO YA CARGADO DE GASOLINA
La semana pasada, estallaron disturbios y protestas en Los Ángeles en rechazo a las redadas migratorias, muchas de las cuales —según denuncias— se realizaron sin identificación clara de los agentes y cerca de escuelas, hospitales y comercios. En medio del caos, la oficina de Karen Bass insistió en que “estos no son los criminales” que ICE dice perseguir, sino madres, padres y trabajadores esenciales.
Una de las historias más compartidas en redes sociales fue la de una mujer embarazada, ciudadana estadounidense, que terminó hospitalizada tras ser detenida por agentes federales. Otra denuncia apuntó a una tienda de ropa del centro de Los Ángeles, donde trabajadores latinos y coreanos fueron sorprendidos por un allanamiento. Estas acciones, según líderes locales, están sembrando terror en comunidades que ya enfrentan condiciones laborales precarias y desprotección legal.
Mientras tanto, en Truth Social, el presidente Donald Trump avivó aún más las llamas. En una publicación el domingo, llamó a intensificar los arrestos para implementar “el mayor programa de deportación masiva de la historia”, mencionando específicamente ciudades como Los Ángeles, Chicago y Nueva York. Su mensaje fue recibido con indignación por el gobernador Gavin Newsom, quien acusó a Trump de “incitar al caos” y de buscar una excusa para “militarizar nuestras ciudades”.
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Periodista con experiencia en redacción y creación de contenido digital. Soy licenciado de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Trabajé en medios de comunicación y agencias de marketing. Experiencia también como fotógrafo en campos deportivos.