Mucha polémica para unos, pero para otros era lo que se esperaba. Ni bien Donald Trump asumió como presidente de Estados Unidos, puso en marcha el cumplimiento de una de sus más grandes promesas de campaña: lograr la mayor cantidad de deportaciones de inmigrantes indocumentados. Es así que en los primeros días de su gobierno ya se comenzaron con las redadas y operativos con el objetivo de expulsar a quienes tengan una condición migratoria ilegal, más aún si se trata de delincuentes que se encuentran prófugos.
Todo este tema ha generado una enorme controversia en Estados Unidos, e incluso en el mundo entero, debido a que se cree que Trump está tomando medidas muy duras en contra de personas que, pese a su situación migratoria, siguen siendo seres humanos que merecen oportunidades y no golpes en la cara. Sin embargo, hay quienes defienden esta postura debido a que creen que hay que ser celosos con la soberanía del territorio nacional y los ciudadanos.
Estés en la posición que estés, lo más seguro es que este tema sea de tu interés y tengas tu opinión bien definida. Pero lo que más importa es que en este momento, todo hace indicar que la intención del mandatario estadounidense se está cumpliendo, pues ya hay resultados que están siendo publicados por fuentes oficiales del gobierno norteamericano.

LOS RESULTADOS DE LAS PRIMERAS DEPORTACIONES
El 23 de enero de 2025, apenas UNOS días después de asumir la presidencia por segunda vez, Donald Trump lanzó una operación masiva contra la inmigración irregular en los Estados Unidos, destacando su promesa de combatir ese fenómeno social y garantizar la seguridad en las fronteras del país. En las primeras acciones, las autoridades estadounidenses arrestaron a 538 inmigrantes con antecedentes criminales y presentaron 373 órdenes de detención, en lo que la Casa Blanca calificó como “la operación de deportación más grande de la historia”.
La operación, dirigida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), resultó en la detención de varios individuos con condenas por delitos graves. Entre los deportados se destacó el caso de Luis Alberto Espinoza-Boconsaca, arrestado en Buffalo el 23 de enero, quien tenía antecedentes por violación. También fue detenido Cristofer Alexander Ramírez Olivia en St. Paul, quien fue condenado por conducta criminal sexual con un menor. Estos casos fueron presentados como ejemplos de la efectividad de las políticas de la administración Trump, que buscan deportar a criminales extranjeros para mejorar la seguridad en el país.
“La administración Trump también deportó a cientos de inmigrantes ilegales delincuentes mediante aviones militares. La mayor operación de deportación masiva de la historia está en marcha. Promesas hechas. Promesas cumplidas”, escribió la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Carolina Leavitt, a través de la plataforma X.
Este operativo de detenciones es solo el comienzo de una serie de acciones que el presidente Trump prometió implementar durante su campaña electoral, enfocadas en aumentar las deportaciones y reforzar la seguridad fronteriza. En paralelo a las detenciones, se desplegaron 1,500 militares en la frontera con México, con el objetivo de aumentar el control y prevenir el cruce de inmigrantes ilegales. Además, el Pentágono autorizó el uso de transporte aéreo militar para facilitar los vuelos de deportación desde California y Texas.