Una madre tuvo que aprender a la mala que a los hijos no se les puede descuidar ni un segundo. Jessica Calvillo se encontraba cambiando a su hija Adalynn McDowell, de 9 años cuando la menor se quejó de un pellizco. “Alrededor de las 7 am, se estaba quitando el camisón y sintió un pequeño pinchazo en el brazo, cerca del área de la axila. Dijo que quería donar el camisón porque tenía una etiqueta que la pinchaba”, le contó a People.
Mira también:
Ambas no le prestaron mayor atención a lo sucedido y Jessica envió a su hija al colegio. “Estaba perfectamente bien, feliz y saludable. Y luego, alrededor del mediodía, comenzaron sus síntomas”, comentó.
No encontraban el origen del dolor
@jessica_.h3 TW: spiderbite When nothing comes between you and softball🥎 #softball #spiderbite #strong #superhero ♬ Whatever It Takes - Imagine Dragons
La mujer explicó que Adalynn sentía “un dolor extremo en el brazo” lo que le llevó a tomar medidas. “Dijo que sintió como si un rayo le cayera en la axila y luego tuvo escalofríos febriles. Su piel estaba pálida y húmeda y sus labios estaban morados y solo estaba temblando. No podía dejar de temblar y estaba como encorvada”. recordó.
Jessica llevó a la menor a la sala de emergencias y no pasó mucho para querer buscar ayuda en otra parte, ya que las enfermeras practicantes no le tomaron la importancia necesaria y le dijeron que solo se trataba de un “pellizco”.
Debido a la fiebre que tuvo la niña, una de las enfermeras aseguró que se trataba de un virus o COVID, por lo que le dijeron que le darían antibióticos. No obstante, Jessica no estaba satisfecha con el breve diagnóstico y comenzó a gestionar el traslado de su hija a otro centro médico.
Tras la falta de atención por parte del personal médico, la mamá decidió llevarse a su hija del hospital, esto sin saber que su condición empeoraría en pocas horas. “Eran alrededor de las 5:00 am de la mañana siguiente, menos de 12 horas después... Sabía que las cosas estaban graves. No durmió en absoluto. Intenté alternar Tylenol e ibuprofeno. Incluso le di melatonina para tratar de ayudarla. su sueño. Nada ayudó.”
Cuando la menor fue al baño, se percató de una cantidad “aterradora” de sangre. “Se acostaba en la cama, intentaba dormir y se daba vuelta y me decía cuánto dolor sentía”, dijo Jessica. “Definitivamente estaba experimentando el dolor plenamente, sabía que algo andaba mal”.
La mujer regresó al hospital y, tras una hora de espera, los médicos le indicaron que la hinchazón había sido producto de una mordida de una araña reclusa parda, por lo que le debía ser trasladada a un hospital infantil para que entre en observación.
Jessica contó que la respuesta de su hija fue algo poco común. “Todo fue una reacción a la mordedura, una reacción que experimentan menos del 1 por ciento de las personas que sufren una mordedura de reclusa parda, la mayoría de ellos niños”.
Adalynn estuvo en el hospital durante seis días con la supervisión de varios profesionales médicos diferentes. Pese a las dificultades por la que tuvo que pasar para su recuperación, la menor finalmente se encuentra estable y puede realizar su vida de manera saludable.