Una mujer de EE.UU. que estuvo clínicamente muerta durante 15 minutos asegura que mientras estaba sin vida pasó “cinco años en total en el cielo”. Asimismo, afirma recordar con claridad todo lo que vio. Esto es todo lo que dijo.
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El 6 de mayo del 2001, la Dra. Linda Kramer fue al baño en las primeras horas de la mañana. De un momento a otro, cayó al suelo desmayada y fue encontrada por su exesposo, quien inmediatamente llamó al 911.
Los paramédicos que la atendieron lograron reanimarla después de 15 minutos sin mostrar signos vitales. Posteriormente, la mujer confesó que, durante ese lapso, sintió como si hubiera estado “cinco años en el cielo” y que el tiempo, tal como lo conocemos, “no existía”.
En conversación con el canal de YouTube Near Death Experience, Kramer explicó que, durante el tiempo que estuvo sin vida, logró caminar entre tres y seis millas por hora en la vida real. Usó esta medida como punto de referencia para determinar cuánto tiempo pasó en “el cielo”.
Podía visualizar cualquier estructura y manipularla
La mujer agrega que podía visualizar cualquier estructura y construcción que hubiera visto y manipularla. También pudo encarnar a otras personas.
“Fue entonces cuando me encontré parada en lo que denominé el campo de flores. Estaba observando la cadena montañosa 30.000 veces más grande que el Monte Everest”, indicó, según consignó el medio UNILAD.
“Había una gran cadena montañosa en la parte trasera de donde quiera que estaba. Podía ver edificios con rascacielos. Dubai son como pequeñas cabañas en miniatura en comparación. Vi lagos, pude ver todo en una vista panorámica”, agregó. “Así que estoy allí interactuando con la gente, hablando con la gente, convirtiéndome en ellos”.
Kramer añade que, si quería estar en algún lugar, pensaba en estar allí y se sentía instantáneamente transportada a dicha ubicación.
¿Hay vida después de la muerte?
A pesar del testimonio de la doctora, todavía no hay pruebas suficientes para comprobar que existe vida después de la muerte.
Sean Carroll, cosmólogo y profesor de física del Instituto de Tecnología de Californiam, argumenta que “las leyes de la física que subyacen en la vida cotidiana se entienden por completo”.
“Las afirmaciones de que alguna forma de conciencia persiste después de que nuestros cuerpos mueren y se descomponen en sus átomos constituyentes enfrentan un obstáculo enorme e insuperable”, señala.
“Y no hay forma dentro de esas leyes de permitir que la información almacenada en nuestros cerebros persista después de que morimos”, concluye.