¿Los pulpos son rencorosos? Un estudio científico parece demostrar que sí. (Foto: @OctoEduardo / Twitter)
¿Los pulpos son rencorosos? Un estudio científico parece demostrar que sí. (Foto: @OctoEduardo / Twitter)
Redacción Mag

Con premeditación, alevosía y ventaja. Esa fue la conclusión a la que llegó un grupo de científicos que registró el momento en el que un golpea a varios peces sin motivo aparente. En su investigación, el biólogo Eduardo Sampaio de la Universidad de Lisboa, además de ser la persona que captó la increíble escena, sugiere que la conducta del octópodo no se trata de un hecho fortuito y que hay malicia de por medio.

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Al igual que otras especies, los peces cazan junto a los pulpos en sesiones que pueden durar más de una hora. El científico explica que ambas especies aprovechan los atributos físicos y las habilidades del otro para conseguir alimento. Los peces actúan como observadores y, cuando detectan una víctima, hacen un gesto en dirección a la presa, lo que es la señal para que el pulpo se movilice y ataque haciendo uso de su agilidad para meterse entre las rocas y los arrecifes de coral. Cuando consigue su objetivo, comparte el botín.

El estudio, publicado en la revista , señala que en algunas ocasiones los pulpos golpean a los peces y que esto ocurre para “prevenir la explotación y asegurar la colaboración”; sin embargo, hay casos en los que esta conducta parece no tener explicación.

Un video publicado en redes sociales, y que fue captado en el mar Rojo entre 2018 y 2019 frente a las costas de Israel y Egipto, muestra el momento en que unos pulpos realizan “un movimiento rápido y explosivo con un tentáculo dirigido a un pez compañero específico”. Para los científicos, “estas múltiples observaciones que involucran a diferentes pulpos en diferentes lugares sugieren que el puñetazo tiene un propósito concreto en las interacciones entre especie”.

Los golpes pueden ser lanzados para mantener el control sobre el comportamiento de los peces, para desterrar a ciertos peces del grupo, para disuadirlos de ir a por sus presas o por razones puramente egoístas, es decir, para obtener el acceso inmediato a la comida.

No obstante, se registraron dos casos que no pudieron vincularse a una caza o acceso a presas cercanas, lo que para los autores podría significar un comportamiento de puro rencor. “Utilizados para imponer un costo al pez sin importar el costo propio”, explicaron, aunque también podrían ser “formas de agresión con gratificación aplazada, donde el pulpo paga un pequeño costo para imponer uno más pesado a la pareja que se porta mal, en un esfuerzo por promover el comportamiento colaborativo en las siguientes interacciones”.

Sea como fuere, los científicos afirman que se necesita estudiar más a profundidad esta conducta para determinar si realmente tiene un fin práctico.

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