"El día después de la eliminación", por Arturo León. (Foto: AFP)
"El día después de la eliminación", por Arturo León. (Foto: AFP)
Arturo León

Lo único que no ha cambiado en el Arena Khimki es la seguridad. Los controles siguen siendo estrictos. Hay tres encargados, todos en terno, esperando en el ingreso para revisar nuestras pertenencias. Pero se percibe un silencio diferente, un ambiente mucho más calmado. Por primera vez nos hacen esperar en una especie de caseta. Somos pocos periodistas. En realidad, solo tres.

En las afueras del recinto, que es algo así como una Videna, no hay hinchas. Ni uno solo. Nos habíamos acostumbrado a ver un puñado, siempre. Ya en el campo de prensa podemos observar al equipo. No están todos porque los titulares –salvo Yotún y Tapia– se quedaron en el hotel. Es lo que normalmente ocurre después de un partido. No hay mucho juego ni chacota. Tampoco caras largas o tristes. Pero no es el Perú de siempre. “Todavía no se han levantado del todo, pero hoy están más tranquilos”, nos cuenta un miembro de la delegación.

La noche anterior fue dura. Casi no hubo palabras en el vestuario. Oblitas se acercó a algunos jugadores y les dijo, personalmente, que el último partido siempre queda en la retina de los hinchas. Es una forma de motivarlos ante Australia. No nos podemos ir sin gritar un gol. Ya bañados y cambiados pasaron por la zona mixta. Hablaron muy pocos. Era entendible. El ambiente en el avión fue parecido. La mayoría en silencio y con sus celulares. Leyendo a los hinchas peruanos y publicando tuits, fotos y mensajes de agradecimiento. “Les pido que nos perdonen”, dijo Pedro Gallese luego del Perú-Francia.

El comando técnico se dirigió a los jugadores recién la mañana siguiente. Ayer, para ustedes. Ya en el Sheraton Sheremetyevo de Moscú, los futbolistas se reunieron con Gareca y sus asistentes. En la reunión solo participaron ellos y fue, básicamente, motivacional. Los chicos se han ganado el respeto de la gente, de los rivales, de Rusia. Además, son el futuro –la gran mayoría– del equipo. Gareca armó la base que jugará la Copa América 2019 y las Eliminatorias rumbo a Qatar 2022.

Dentro de los 15 minutos que la prensa puede observar, el ‘Tigre’ conversó con Santamaría, quien jugó 45 minutos geniales contra Francia. Fue uno de los tantos aciertos del entrenador que hace tres años llegó para decirnos que sí se puede. La pregunta que todos nos hacemos ahora es si se quedará. Si todavía tiene ganas de seguir. No lo sabremos hasta después del Perú-Australia. Eso es lo único que hoy ocupa la cabeza de Gareca.

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