Radamel Falcao, delantero de la selección colombiana y del Mónaco francés. (Foto: AFP)
Radamel Falcao, delantero de la selección colombiana y del Mónaco francés. (Foto: AFP)
Pedro Canelo

Ayer por la mañana, todos queríamos darle un abrazo a Radamel Falcao García. Una apurada información a través de medios internacionales nos confirmó que cualquier lesión a un mes de las convocatorias mundialistas puede doler dos veces más. El delantero colombiano del Mónaco no participó en el último encuentro de su club ante Guingamp por la liga francesa. Se resintió minutos antes del partido. Según las redes sociales de TNT Sports de Argentina y algunos diarios de Colombia, el inconveniente muscular pintaba para algo grave y Radamel podía quedar fuera otra vez de un Mundial. No podía ser cierto. Leerlo, sin importar el país, era revivir la pena de hace cuatro años cuando en conferencia de prensa, el mismo Falcao se despedía entre lágrimas de Brasil 2014. La incertidumbre duró aproximadamente una hora, hasta que llegó el tuit oficial del Mónaco: lo de Radamel solo es una contractura. Su saludo de agradecimiento en redes sociales fue sutil, aunque en el fondo debió ser un gol gritado con el alma.

Será inevitable en las próximas semanas dar cuenta de alguna noticia de lesiones de jugadores mundialistas. Es lamentable, pero es parte de la alta competencia de este deporte. Lo de Falcao hubiera sido mucho más que trágico. Pocos jugadores tienen la ansiedad de disputar una Copa del Mundo como él. Basta con recordar cómo trató de convencer a los jugadores de la selección peruana para jugar con guantes blancos en los últimos minutos de aquel encuentro de Eliminatorias de octubre. Rusia 2018 era para él mucho más que una sana obsesión, era su última posibilidad de desquite.

“Que ya no juegue hasta el Mundial”, “Mónaco dale vacaciones a Falcao”, escribían los hinchas colombianos en Twitter, alborotados por estos rumores matutinos. El Mónaco apagó el incendio de manera parcial. Radamel está sano, aunque sus fanáticos lo quieren ver en reposo total antes de tiempo. Difícil pedido, el equipo del principado ha perdido el título francés, sin embargo, aún tiene que defender su opción de clasificar directamente a la Champions League como segundo en la tabla de posiciones. El tercero (Lyon) y el cuarto (Marsella) están a solo un punto de distancia. Falcao, así preocupe en cada gesto de dolor, no puede bajar la guardia.

Con algunas ligas europeas casi definidas, la pregunta es qué tan válido es pedirles a los clubes que no sobrecarguen a los cracks que podrán estar en Rusia 2018. Mientras los hinchas esperan que Suárez o Falcao o Farfán se tomen un avión ahora mismo para guardar reposo premundialista, los clubes tienen el natural derecho, con contratos millonarios de por medio, de querer contar con sus futbolistas hasta el último día que la FIFA dispone: el 20 de mayo.
Sin duda es un motivo adicional de estrés en estas semanas el cuidado físico antes de un momento tan soñado por cualquier futbolista: un Mundial. Algunos como Messi sí han elaborado un plan de cuidados especiales para llegar en el mejor estado posible. Los preparadores físicos de la selección peruana acaban de hacer un viaje de monitoreo a Brasil. No es un tema menor. Pep Guardiola, como jugador, quedó fuera de dos mundiales por lesión. Es la noticia que nadie quiere compartir, pero que a alguna de las 32 selecciones le pasará.

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