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Corea del Norte
Redacción EC

El  llegó a Europa con grandes celebraciones, como ya lo hicieron el domingo con espectáculos de fuegos artificiales las islas del Pacífico, Nueva Zelanda, Australia y Asia o Dubái con una presentación de luces láser en la torre más alta del mundo.


En Europa, la fiesta se llevó a cabo con fuertes medidas de seguridad. En París, a pesar de la llovizna y el viento, cientos de miles de personas se reunieron en los Campos Elíseos para presenciar un espectáculo de música y luces y ver los tradicionales fuegos artificiales del Arco de Triunfo.

Se movilizaron 1.800 miembros de las fuerzas de seguridad y agentes privados en la emblemática avenida, donde los espectadores fueron registrados antes de acceder a la zona.

Cerca de 140.000 policías, gendarmes y soldados fueron movilizados en toda Francia para hacer frente a la amenaza yihadista.

En Londres, más de 100.000 personas asistieron a los fuegos artificiales desde las orillas del Támesis. Para respetar la tradición, el Big Ben dio las doce campanadas a medianoche. Pero este año hizo falta reactivar el reloj, detenido por obras.

Aunque la capital británica fue blanco de cuatro atentados en 2017, Scotland Yard indicó haber movilizado a menos policías que el año anterior.

En Moscú, las principales avenidas y plazas fueron decoradas y unos fuegos artificiales iluminaron 36 edificios de la capital rusa.

En Alemania, los organizadores de la fiesta de la San Silvestre en la puerta de Brandeburgo en Berlín previeron, en tiendas médicas de la Cruz Roja, lugares específicos para atender a mujeres víctimas de acoso sexual o que se sientan amenazadas.

Mientras que Nueva Zelanda estuvo entre los primeros países en recibir el Año Nuevo 2018. En la ciudad de Auckland se celebró con un impresionante espectáculo de fuegos artificiales.

Decenas de miles de personas en Australia y Nueva Zelanda salieron a las calles para ser algunas de las primeras personas del mundo en celebrar la llegada del 2018. Otras ciudades se están preparando para celebrar, muchas con tradiciones únicas en sus países.

Los fuegos artificiales iluminaron el cielo del puerto de Sidney. La masiva exhibición de juegos pirotécnicos incluyó una cascada de luces con los colores del arcoíris que fluyó desde el puente del puerto, para celebrar la recién aprobada legislación que legalizó el matrimonio gay en Australia.

Se esperaba que más de un millón de personas se hayan reunido para la celebración. Casi la mitad de los festejantes eran turistas. Había fuertes medidas de seguridad, pero los funcionarios dijeron que no había ninguna alerta en particular.

Las grandes capitales del mundo, objetivos durante el 2017 de atentados terroristas, mantienen un nivel elevado de alerta, como es el caso de Nueva York y Las Vegas, esta última escenario, hace tres meses, de la peor matanza a tiros de la historia moderna de Estados Unidos.

La fiesta se llevaba a cabo con grandes medidas de seguridad en Turquía, bajo la sombra del trágico recuerdo de la Nochevieja de 2017, cuando un atentado dejó 39 muertos en la discoteca Reina, la más famosa de Estambul.

Las autoridades turcas prohibieron además las concentraciones en la emblemática plaza de Taksim de Estambul y en otros animados barrios.

En Portugal, donde el nivel de amenaza terrorista es moderado, el dispositivo de seguridad es semejante al del año pasado, con cortes de tráfico en los lugares de Lisboa y Oporto donde se esperan grandes aglomeraciones de personas.

Estados Unidos reforzó especialmente la seguridad en Nueva York y Las Vegas, objetivos de los terroristas en este 2017.

La vigilancia es mayor en los accesos a la plaza neoyorquina de Times Square, donde se reúnen más de un millón de personas para despedir el año, a raíz de los atentados del 31 de octubre, que costaron la vida a ocho personas, y del 11 de diciembre, sin víctimas mortales pero con varios heridos, en un pasillo de la red suburbana a sólo pasos de donde se dirá adiós al 2017.

Las medidas incluyen el cierre de calles desde el mediodía, con camiones llenos de arena y vallas de cemento alrededor de la plaza.

Las Vegas se blindó con casi 2.000 efectivos, con apoyo aéreo y de francotiradores, para garantizar la seguridad en la multitudinaria celebración de Año Nuevo cuando se cumplen tres meses de la matanza a tiros de 58 personas que asistían a un concierto al aire libre.

El aeropuerto y otros puntos sensibles de la ciudad de los casinos, como su famoso bulevar, el Strip, donde se cometió la masacre el 1 de octubre pasado, reciben especial vigilancia para que los más de 330.000 asistentes previstos puedan celebrar el nuevo año sin sobresaltos.

Fuente: Agencias

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