Año Nuevo 2018. Los principales líderes mundiales, Donald Trump (Estados Unidos), Vladimir Putin (Rusia), Xi Jinping (China) y Kim Jong-un (Corea del Norte), tienen retos en el frente externo, pero también dentro de sus países.
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Estas son las perspectivas en el 2018 de cada uno de ellos:
La prueba de los comicios legislativos
El 20 de enero se cumple el primer año de la presidencia de Donald Trump. De todas sus promesas de campaña, la única que realmente ha podido concretar ha sido la reforma tributaria. Pero ni el muro con México ni la abolición de la reforma de salud de su antecesor pueden contarse entre sus logros, aunque sí ha contentado a su base electoral con sus decisiones contra los inmigrantes.
Pero su principal desafío en el frente interno lo tendrá el próximo 6 de noviembre, con las elecciones legislativas. Estos comicios son vitales pues serán una suerte de referéndum a su mandato, y determinará si los republicanos continuarán siendo mayoría o si los demócratas lograrán recuperar el control del Congreso. Este año Trump ya recibió algunos reveses electorales, al apoyar a candidatos a gobernaciones que resultaron perdiendo, así como escaños estatales claves.
En el frente externo, Trump seguirá con su particular diplomacia, que lo ha llevado a confrontarse con sus aliados del Medio Oriente –en el tema de Jerusalén, por ejemplo– o su retórica belicista frente a Corea del Norte. De hecho, ha terminado el 2017 señalando que China y Rusia “desafían el poder de Estados Unidos”.
Pero algo que también marcará el 2018 serán las novedades de la investigación del fiscal especial Robert Mueller, quien continúa indagando sobre la intervención de Rusia en la campaña electoral del 2016.
La imagen rusa se juega en el Mundial
Nadie duda de que el presidente ruso es uno de los líderes más poderosos del mundo. Y es casi un hecho que Vladimir Putin seguirá siéndolo por varios años más. En marzo, los rusos irán a las urnas para elegir a un nuevo presidente. El actual líder del Kremlin se postula a la reelección y prácticamente no tendrá rivales, pues su principal opositor, Alekséi Navalny, ha sido impedido de postularse. Si todo marcha como está previsto, Putin seguirá en el poder hasta el 2024.
Este año también servirá para un nuevo pulso entre Rusia y Estados Unidos. Si con la llegada de Donald Trump al poder se pensó que las relaciones entre ambos países pasarían por buenos momentos, el 2017 probó que los vientos de la Guerra Fría no se han disipado. Aunque Trump ha hecho lo posible por llevarse bien con su homólogo ruso, con quien ha hablado por teléfono varias veces y se han reunido en un par de ocasiones, el diálogo ruso-estadounidense se ha reducido y podría seguir ese curso en el 2018, sobre todo si continúan las investigaciones del fiscal Mueller sobre la trama rusa y su injerencia en las elecciones presidenciales del 2016.
Rusia está apostando su imagen con el Mundial de fútbol, y por ello está reforzando su seguridad al extremo para evitar cualquier atentado yihadista en su territorio, teniendo en cuenta que Rusia ha jugado un papel fundamental en la derrota del Estado Islámico en Siria.
El gigante asiático se afianza en el mundo
Xi Jinping termina el año empoderado. En octubre fue nombrado presidente y jefe del Partido Comunista para un nuevo quinquenio, convirtiéndose, después de Mao Zedong, en el líder chino más influyente.
Ese poder le servirá para trazar el rumbo económico de China en el 2018 y reforzar aún más al gigante asiático como potencia comercial en el mundo, ante el aislacionismo promovido por Donald Trump en Estados Unidos. En una reciente reunión de alto nivel, el Gobierno Chino ha subrayado la necesidad de “aumentar la apertura al mundo exterior” y “ampliar de forma sustancial el acceso a su mercado”. Asimismo, buscará estimular sus importaciones y alentar el consumo interno.
A nivel geopolítico, Xi deberá seguir hilando fino con respecto a Corea del Norte, su aliado pero también un vecino incómodo que sigue desafiándolo. Asimismo, continuará defendiendo sus intereses comerciales en países inmersos en conflictos, como Pakistán, Sudán del Sur o Libia.
En el frente interno, el presidente se ha puesto como objetivo reducir la contaminación ambiental en el país, un asunto que se ha vuelto una preocupación cotidiana para los chinos. Por ello, ya cerró importantes fábricas que trabajaban con carbón para priorizar la energía a gas.
Sin embargo, Xi deberá seguir lidiando con las denuncias de los disidentes y la censura en Internet.
Un nuevo año de amenazas nucleares
Uno de los principales temores del 2018 se centrará en Corea del Norte y en los pasos a seguir por su líder máximo, el enigmático Kim Jong-un en torno a su programa nuclear. Si el 2017 fue el año en el que quiso demostrar el crecimiento de su poderío, lanzando serias amenazas y realizando más ensayos balísticos intimidantes que incluso cruzaron el territorio japonés, el 2018 no será la diferencia.
Pese a las sanciones económicas de la ONU, el régimen sigue envalentonado y no ha disminuido un ápice sus ansias de convertirse en una potencia nuclear.
Kim Jong-un seguirá probando la tolerancia de Xi Jinping, el presidente chino, y continuará provocando a Donald Trump, que no ha dudado en desatar “fuego y furia” contra los norcoreanos.
La pequeña pero inquieta Corea del Norte ya probó que puede convertirse en un tema de asunto mundial y ya logró que las mayores potencias tomen al régimen en serio y con pinzas. Sin embargo, todo dependerá del juego diplomático, algo de lo que carece el presidente estadounidense, que solo se ha dedicado a añadir más leña al fuego. Como dice “The Economist”, la combinación de una postura más agresiva por parte de EE.UU. y la posibilidad de que Corea del Norte se convierta en un estado nuclear capaz de atacar territorio estadounidense podría provocar una escalada importante del conflicto.