El hotel Marriott donde se lleva a cabo la reunión en Virginia (EE.UU.) permanece custodiado por la policía. (Foto: AFP)
El hotel Marriott donde se lleva a cabo la reunión en Virginia (EE.UU.) permanece custodiado por la policía. (Foto: AFP)
BBC News Mundo

Es una reunión a puerta cerrada en la que sus exclusivos participantes tendrán luego la libertad de usar la información recibida. Pero una estricta norma les impide revelar la identidad o la afiliación del que les dio esa información.


Se trata del foro privado de Bilderberg, que este año reúne desde el jueves hasta el domingo a la élite política y financiera de Europa y Norteamérica en un hotel cinco estrellas en la ciudad de Chantilly, en Virginia (EE.UU.).

Los críticos de la reunión, que se ha celebrado anualmente desde 1954, la describen como una conspiración que refuerza, sin rendir cuentas, el predominio de una logia capitalista transatlántica.

Hay quienes incluso consideran al grupo de Bilderberg como una continuación de los Illuminati, una sociedad secreta creada a fines del siglo XVIII cuyo fin sería establecer un nuevo orden mundial con un gobierno global.

Pero la controvertida organización dice que es sencillamente una junta informal para entender mejor la manera en que funciona el mundo y compartir experiencias para mejorarlo.

—Tema: Trump—
Según se explica en la página web del foro, este año se reúnen 131 invitados de 21 países entre los que hay ministros, académicos, empresarios millonarios, directores de medios y de instituciones financieras y hasta miembros de la nobleza.

Entre los participantes, según se indica, están dos asesores directos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump: su consejero de seguridad nacional, H.R. McMaster —que sustituyó en febrero al polémico Michael Flynn— y el secretario de Comercio, Wilbur Ross.

También asiste Peter Thiel, el multimillonario creador de la plataforma de pagos en línea Paypal, quien ha expresado su apoyo por Trump.

Aunque ni el público general ni la prensa sabrán qué pasa detrás de esas puertas, es muy probable que los funcionarios del gobierno del republicano reciban unas cuantas preguntas.

Ello debido a que entre los 13 temas propuestos para discutirse este año, el gobierno del estadounidense encabeza la lista con el título "La administración de Trump: un reporte de progreso".

En el foro participa también el crítico de Trump Eric Schmidt, director de la compañía dueña de Google, Alphabet.

Schmidt ha dicho previamente que el presidente estadounidense hará "cosas horribles".

Otros de los temas de este año incluyen "Rusia en el orden internacional", "¿Por qué está creciendo el populismo?", "La dirección de la Unión Europea" y "¿Se puede ralentizar la globalización?"

A pesar del orden propuesto, el club privado menciona en su sitio web que la reunión "no tiene ningún resultado deseado, ni se cronometran las intervenciones ni se escribe ningún reporte".

—De Europa—

Desde su fundación, Bilderberg se planteó como un encuentro para conectar ideas entre Norteamérica y Europa.

La mayoría de los asistentes este año provienen del continente europeo, como la francesa Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional y el político español Albert Rivera Díaz, líder del partido liberal Ciudadanos.

También asisten representantes de Canadá, como el ministro de Finanzas Bill Morneau, y uno solo de China, el embajador en Estados Unidos, Tiankai Cui.

Algunos de los participantes solían mantener posiciones de poder, pero ya están retirados. Sin embargo, siguen considerándose relevantes por el club secreto.

Uno de ellos, quizá el más representativo, es el ex secretario de Estado de EE.UU. Henry Kissinger, quien ha estado participando en el misterioso foro desde la década de 1950.

—Menos mujeres—
Los organizadores del evento describen a sus participantes como "diversos".

Sin embargo, de los 131 invitados, solo 26 son mujeres.

Entre ellas se encuentra la presidenta del grupo Santander Ana Botín, quien también asistió a la reunión de 2015, y repite Zanny Minton Beddoes, editora en jefe de la publicación The Economist.

Las únicas ministras que asistirán son Anne-Catherine Berner, encargada de Transporte y Comunicaciones de Finlandia, y Jeanine Hennis-Plasschaert, ministra de Defensa de Holanda.

Mientras los invitados se instalaban en sus habitaciones de hotel en la ciudad de Chantilly, afuera decenas de manifestantes denunciaban la reunión secreta como una conspiración maléfica.

Este tipo de protestas se suele repetirse anualmente en los lugares de diferentes partes del mundo que han albergado al centenar de influyentes personalidades.

¿De qué hablarán?

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