El enfermero de Médicos Sin fronteras (MSF), Lajos Zoltan Jecs, se encontraba en el Centro de Trauma de Kunduz, Afganistán, en el momento en el que el hospital fue golpeado por una serie de bombardeos aéreos de Estados Unidos. Ocurrió en plena madrugada del sábado 3 de octubre.
“Estaba durmiendo en una de las habitaciones de seguridad del hospital. Alrededor de las 2 de la mañana, me desperté con el estruendo de una gran explosión. Indudablemente había sido cerca. Al principio no sabía lo que estaba pasando. Antes de ese momento, durante toda la semana pasada, habíamos oído bombardeos y explosiones, pero siempre sonaban mucho más alejadas. Esta era diferente; cercana y atronadora.
Al principio había mucha confusión y una enorme nube de polvo que se iba asentando. Mientras todavía estábamos tratando de averiguar lo que ocurría, empezaron a producirse más bombardeos.
Después de 20 o 30 minutos en los que no pararon de caer bombas, escuché que alguien gritaba mi nombre. Era uno de los enfermeros de la sala de emergencia. Se tambaleaba con una herida muy grave en su brazo. Estaba cubierto de sangre, con heridas por todo el cuerpo.
Lea más del testimonio del enfermero en el blog "Crónicas desde el Terreno" que Médicos Sin Fronteras tiene en El Comercio.