Brasil está de luto hoy debido al trágico incendio ocurrido durante una fiesta universitaria en un local nocturno de la ciudad de Santa Maria, en el sur del país, en el que 231 jóvenes murieron y otros 217 resultaron heridos.

Tras ser divulgada la lista de los cadáveres identificados, se constató que el promedio de edad de las víctimas era de entre 18 y 23 años, y que muchas de ellas eran menores de edad.

El incendio ocurrido en la popular discoteca Kiss de la ciudad de cerca de 230.000 habitantes, que dista unos 285 kilómetros de la capital provincial Porto Alegre, fue provocado por chispas provenientes de bengalas usadas por los músicos que animaban la fiesta. Las chispas alcanzaron la cobertura del techo, hecha de material sumamente inflamable, e hicieron que las llamas se expandieran rápidamente por el local.

DILMA DECRETÓ LUTO OFICIAL Ante la peor tragedia de la historia del estado de Rio Grande do Sul y el segundo mayor incendio ocurrido en Brasil, la presidenta brasileña Dilma Rousseff canceló su participación en la Cumbre Celac-UE, que se realizó en Santiago de Chile, y viajó inmediatamente a su país para acompañar a las víctimas. La presidenta de Brasil decretó tres días de luto oficial.

El peor incendio de Brasil ocurrió en 1961 en Río de Janeiro, cuando 503 personas murieron y al menos cien quedaron con secuelas o mutilaciones, en un incendio ocurrido en el Gran Circo Norteamericano.

El nulo funcionamiento del único extintor de fuego, la existencia de una única puerta para salir y entrar, la inexistencia de una salida de emergencia en un lugar con capacidad para 2.000 personas, el bloqueo temporal de los agentes de seguridad, y el hecho de que la habilitación del local estaba vencida desde agosto pasado fueron los factores que al parecer conspiraron para que el país viviera su segundo peor incendio, tomando en cuenta el número de muertos.

LA MAYORÍA, ASFIXIADOS Según informaron los bomberos, el 90% de los jóvenes que murieron perecieron asfixiados por el intenso humo que se propagó por el local. Los músicos intentaron al principio combatir las llamas con agua, y después con un extintor que estaba cerca del escenario, pero el aparato no funcionaba.

Además, jóvenes que protagonizaron la tragedia, pero salieron ilesos, relataron que al ver que el techo comenzaba a derretirse sobre sus cabezas, los guardias de seguridad, que no habían visto aún las llamas, bloquearon la única salida del local durante algunos minutos pensando que la correría se debía a una riña y queriendo evitar que la gente aprovechara para irse sin pagar.

La existencia de una única puerta hizo que los bomberos, al llegar al lugar, tuvieran que abrir agujeros en las paredes del local para poder ingresar a rescatar a las posibles víctimas que aún estuvieran con vida. Según los efectivos, al ingresar se encontraron con una barrera de cuerpos agolpados en la puerta. Eran jóvenes que perecieron no por las llamas sino por asfixia, ya que no tuvieron tiempo de salir.

ESCENARIO DE TERROR El escenario de terror que se vivió durante horas en las inmediaciones del local se trasladó poco después al Centro Deportivo Municipal, donde se improvisó un lugar apto para que los forenses realizaran la identificación de las víctimas, puesto que el Instituto Médico Legal de la ciudad no tiene capacidad para recibir tamaño número de víctimas. En las afueras del centro deportivo, familiares de las víctimas debían enfrentar una larga fila para ingresar al recinto y recorrer las filas de cuerpos que yacían, uno junto al otro, tapados con plásticos blancos pero con el rostro descubierto, a la espera de ser identificados.

Además del luto a nivel nacional decretado por la presidenta Rousseff, la alcaldía de Santa Maria decretó 30 días de luto oficial y la gobernación estatal siete.