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China enciende motores para estrechar lazos con América Latina: ¿Una amenaza para Estados Unidos?
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Mientras Estados Unidos se sostiene sobre la política arancelaria impuesta por Donald Trump, que ya sufrió varios cambios en el camino, su homólogo chino, Xi Jinping, parece avanzar en una ruta distinta, con especial énfasis sobre América Latina: durante la última cumbre ministerial entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada en Beijing esta semana, el mandatario demostró que su país está más que dispuesto a redoblar sus esfuerzos para posicionarse como el principal socio de desarrollo de la región, abordando nuevas inversiones, mayor intercambio comercial y una cooperación diplomática más eficiente.
“No importa cómo cambie el mundo, China siempre apoyará a los países de América Latina y el Caribe como un buen amigo y un buen socio”, dijo Xi durante la inauguración del foro que contó con la participación de los presidentes de Colombia (Gustavo Petro), Brasil (Luis Inácio Lula da Silva) y Chile (Gabriel Boric).
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Sus comentarios llegaron un día después de que EE.UU. oficializara una serie de reducciones a los aranceles impuestos contra China por hasta 90 días, dejando atrás los niveles que superaban el 100% de sobrecargos. China, por su parte, accedió a rebajar la carga arancelaria contra EE.UU. en la misma proporción; a la espera de las evaluaciones y reuniones que se continúen realizando en medio de las tensiones comerciales entre ambas potencias económicas. Se espera que en los próximos días se celebre una reunión de alto nivel entre Donald Trump y Xi Jinping, la primera desde que el mandatario estadounidense volvió a la Oficina Oval.

Promesas, compromisos y nuevos aliados
Durante la cumbre China - Celac, Xi anunció una línea de crédito para los países de América Latina y El Caribe de hasta 66 mil millones de yuanes (US$9.200 millones) con el objetivo de apoyar el desarrollo de los países de la región. El mandatario chino prometió, también, un incremento en las importaciones de productos que vayan más allá del cobre, petróleo o la soya; tres de los insumos que más adquieren de naciones como el Perú, Brasil y Argentina.
En un contexto en el que el acceso a capital se mantiene limitado tras las ayudas otorgadas por parte de diversos organismos durante la pandemia, la nueva línea de crédito otorgada por China será de utilidad para muchos países de la región, de acuerdo a los analistas consultados por la agencia Reuters. No obstante, el financiamiento otorgado por China no será de utilidad para que las diversas naciones latinoamericanas endeudadas puedan ir cubriendo otras deudas que acarrean en dólares, ya que los montos han sido comprometidos en yuanes.
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Es importante enfatizar, no obstante, que la línea crediticia de casi US$10.000 millones está por debajo de lo que China ofreció a los países latinoamericanos 10 años atrás, durante el Foro inaugural China - Celac del 2015. La razón principal para que se haya dado dicha disminución son las distintas circunstancias económicas en las que se encuentra el gigante asiático en la actualidad: mientras que hace 10 años destacaba por un ‘boom’ de crecimiento incomparable con cualquier otra potencia, hoy la economía china viene desacelerándose (mantiene niveles de crecimiento, pero a un menor ritmo).
Pero el otorgamiento de la línea de crédito no fue necesariamente el punto más importante de la agenda del foro China - Celac. “China estaba inquieta por cómo iba a desarrollarse este foro, en particular, tras los recientes movimientos que había tenido Washington en Centroamérica”, precisó a El Comercio Marco Carrasco, especialista en desarrollo económico del Asia-Pacífico y China. “El último precedente fue lo que ocurrió con Panamá, que tras las presiones de EE.UU. decidió salir de la iniciativa de la Franja y Ruta y cancelar inversiones que ya estaban en curso”, añadió el experto.
La Franja y Ruta, mejor conocida como la nueva Ruta de la Seda, es una estrategia de desarrollo de infraestructura impulsada por la República Popular China (RPC) desde el 2013 (conocida en inglés como Belt and Road Initiative). Para el gobierno chino, esta iniciativa, que debería finalizar en el 2049 (año del centenario de la RPC), apunta a “mejorar la conectividad regional y abrazar un futuro más brillante”. La reciente salida de Panamá de esta iniciativa tras las amenazas de Donald Trump fue un golpe duro a los esfuerzos de China por sentar raíces en Latinoamérica, y abrió la puerta a que otros países en la región se pudieran sentir presionados a elegir entre sus inversiones de origen asiático o las de origen estadounidense.

Pero lo ocurrido con Panamá motivó a Beijing a buscar nuevos socios. Esta semana, Xi logró firmar un acuerdo con Gustavo Petro, presidente de Colombia, para que se sumase por primera vez a la nueva Ruta de la Seda, pese a exportar seis veces más productos a EE.UU.
“Creo que esta coyuntura está siendo muy bien aprovechada por China. Mientras tanto, Estados Unidos, que supuestamente buscaba disminuir la influencia china a escala global, está haciendo lo opuesto. Más que avanzar, parece que se sabotea”, agregó Carlos Aquino, director del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad San Marcos.

Desafíos en el camino
Es innegable el mayor crecimiento de inversiones chinas en América Latina frente a las estadounidenses en las últimas décadas. Alonso Macedo, economista junior del Instituto Peruano de Economía (IPE), remarcó a este Diario que en el 2000, por ejemplo, Estados Unidos se lucía como el principal socio comercial de toda la región. Pero hasta el cierre del 2024, China ya había pasado a ser el principal socio de la tercera parte de los países latinoamericanos, entre los que destacan Brasil, Argentina, Chile y Perú.
"A medida que fue creciendo como economía, China ha podido integrar a estos países dentro de su cadena. China es, de hecho, sumamente importante para Perú. Nos consume el 70% del concentrado de cobre que exportamos y es, en general, nuestro principal destino de exportaciones“, comentó el especialista. ” Los gobernantes de todos los países de Latinoamérica están con el ojo puesto en China y en poder acceder cada vez más a su economía, que está creciendo a pasos agigantados. La inversión china se vuelve cada vez más importante, y China ha sabido invertir en grandes proyectos que también calcen con su cadena logística“, apuntó.
En este contexto, y en medio de la competencia global de liderazgo entre las dos potencias globales, la región enfrenta el gran desafío de evitar quedar en medio de cualquier conflicto que surja entre China y EE.UU. en el corto, mediano y largo plazo. Aquíno resaltó, por ejemplo, que en una reciente reunión entre el canciller peruano, Elmer Schialer, y el secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, se sugirió a la delegación peruana tener cuidado con China, enfatizando que no es un buen socio y que representa una amenaza para la paz en la región.

“Implícitamente ya nos está poniendo a elegir. Son peleas de dos elefantes; si nos ponemos en el medio terminamos aplastados”, consideró Aquino.
Para Macedo, en medio de las tensiones globales será clave que los gobernantes sepan manejarse de forma adecuada. “Sudamérica en particular tiene el desafío de saber navegar estas presiones, y para eso se necesitan un liderazgo más enérgico y una buena diplomacia. Debemos considerar eso de cara a las elecciones presidenciales del 2026 aquí en Perú”, remarcó.
Pese a los desafíos presentes y cuestionamientos desde países socios como EE.UU., Macedo enfatizó que la experiencia en Perú con las inversiones chinas ha demostrado que las ganancias no se han dado de manera unilateral. “Las inversiones chinas han sido bienvenidas en infraestructura, construcción, obras públicas y minería, y creo que en general sí han tenido un impacto positivo para el país. No obstante, obviamente todo es parte de su estrategia de influencia geopolítica”, puntualizó el economista.