La extraordinaria historia de la joven china abandonada al nacer

A los tres días de haber nacido, Kati Pohler fue abandonada por sus padres en un mercado. Ellos dejaron una nota que decía que la esperarían 10 o 20 años más tarde en un famoso puente de la ciudad de Hangzhou, en el este de China.

Corría el año y los padres de Jingzhi, el nombre que le pusieron, temían que las autoridades descubrieran que habían tenido una segunda hija, algo que iba en contra de la ley pues en China ya regía la estricta política de "una familia, un hijo".

Lida y Feixiang, los nombres de los padres, escribieron en la nota: "¡Oh, compasión para los corazones de padres y madres cercanos y lejanos! Gracias por salvar a nuestra pequeña hija y cuidar de ella. Si fuimos creados el uno para el otro, que el cielo nos permita encontrarnos en el Puente Roto de Hangzhou en la víspera del Día chino del amor [el Qi Xi] en 10 o 20 años", según el diario "South China Morning Post".

En el verano de 1996, la bebe fue adoptada por los Pohler, una familia estadounidense de Michigan. La bautizaron como Kati Pohler. Los padres adoptivos guardaron la nota de sus padres biológicos, pero decidieron no contarle nada a la hija sobre su origen hasta que ella les preguntara.

En China, Lida y Feixiang nunca la olvidaron. Pasó el tiempo y ellos empezaron a ir cada año a esperarla en el llamado Puente Roto con la esperanza de reencontrarse con ella. 

Cuando pasaron diez años, los esposos esperaron en el puente casi todo el día con un cartel con su nombre, pero nadie se acercó a ellos.

Por su lado, los Pohler habían pedido a su amiga Annie Wu que fuera hasta el puente para averiguar si alguien acudía a la reunión acordada en la nota. Wu llegó tarde y no encontró a los padres de la niña, pero vio a unos periodistas que estaban grabando en el puente.

Wu contó a los periodistas la historia de la niña abandonada. Estos revisaron sus cámaras y vieron a dos personas con un letrero, eran los padres de Kati Pohler esperándola.

La historia se convirtió en una sensación local y gracias a ello Wu encontró a los padres de la niña. Este les entregó una carta de la familia estadounidense, donde había fotos y una nota donde les contaban que vivía entonces en Michigan.

Finalmente, recién en el 2016 los Pohler contaron a Kati, entonces de 21 años, sobre sus padres biológicos.

Según Kati, el largo silencio mantenido por sus padres la dejó en shock y lo interpretó como una traición. La joven decidió conocer a sus padres biológicos lo antes posible. Para ello, aceptó la propuesta de un documentalista de participar en su película y le permitió que filmara el reencuentro.

En agosto del 2017, cuando Kati ya tenía 22 años, se cumplió al fin el sueño de Lida y Feixiang, quienes pudieron encontrarse entre llantos con su hija en el Puente Roto de Hangzhou el Día chino del amor.

Kati pasó dos días con sus padres biológicos y vivió en una habitación con su hermana. "Fue lindo verlos. Me sorprendió lo emocionada que estaba mi madre china. Lo primero que me dijo fue: 'Estás demasiado delgada, necesitas comer más'", contó.