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“Hay un temor muy alto de regresar a épocas de violencia anteriores”: las secuelas del ataque contra Miguel Uribe Turbay en Colombia
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La situación para Miguel Uribe Turbay sigue siendo complicada. El senador colombiano y precandidato presidencial del Centro Democrático se debate entre la vida y la muerte, mientras surgen más interrogantes sobre el intento de asesinato que sufrió en Bogotá el sábado 7 de junio.
Luego de que el ejecutor, un menor de 15 años, fuera detenido luego de una persecución, las autoridades evalúan hasta tres hipótesis sobre la organización del atentado.
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Fue el ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, quien informó a la prensa la evaluación de estas hipótesis, y que por el momento “no se puede determinar o desvirtuar alguna de ellas”.
Estas tres teorías giran en torno a si el ataque fue directamente por tratarse de Miguel Uribe Turbay, si fue por ser político o por su partido político, y una tercera opción apuntaría a desestabilizar al Gobierno nacional, según el propio ministro.
Para el analista colombiano Rafael Piñeros Ayala, no es muy claro que Uribe tuviera amenazas previas, o que pueda estar relacionado con un caso aislado, bajo la influencia de otros más poderosos, pero resalta que la situación sí muestra la poca seguridad para los candidatos.
“Hay una gran incapacidad del Estado de brindar protección y seguridad a los precandidatos. Ha habido un aumento, sin duda alguna, de los atentados, de la utilización del sicariato o de venganzas, o de riñas entre distintos grupos al margen de la ley que también está llegando a la ciudades y afecta de manera importante a la población”, explica el profesor de la Universidad Externado de Colombia a El Comercio.


Por lo que se conoce del caso, Uribe Turbay (39) llegó con su equipo de campaña a la localidad de Modelia, en Bogotá, donde conversó con comerciantes e improvisó un mitin frente a unas 200 personas.
Varios videos registraron el hecho, incluso al presunto sicario que con paciencia se acerca hasta su víctima para abrir fuego. En total, el político colombiano recibió tres impactos de bala: dos en la cabeza y uno en la pierna izquierda. En tanto, quien ejecutó los disparos es un menor de 15 años y fue detenido a unas cuadras del lugar. Recibió un disparo en la pierna y se encuentra hospitalizado, aunque ya fuera de peligro.
Se sospecha de una mujer mayor, que aparece en algunos videos conversando con el atacante, como su cómplice, aunque ella misma se presentó ante la fiscalía y se declaró “ajena” a los hechos.
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Un informe de la agencia AFP recoge también que la fiscal general, Luz Adriana Camargo, reveló este lunes 9 que detrás del ataque se encuentra un grupo criminal organizado. Aunque no dio el nombre de dicho grupo, sí señaló que el menor “es apenas un ejecutor material” y fue captado por una red de sicariato. La investigación apunta a los autores intelectuales.
También se supo que el menor usó un arma semiautomática modelo Glock de calibre 9 milímetros. Fue comprada en el estado de Arizona, en Estados Unidos, durante el 2020. Esta información serviría para rastrear el uso que se ha dado al arma.
Otro dato vino de parte del mismo presidente Gustavo Petro. En un post en su cuenta de X (antes Twitter), informó que “el esquema de protección del senador Uribe fue disminuido extrañamente el día del atentado. De 7 a 3 personas”. En ese sentido, pidió una investigación al Consejo de Seguridad.
La reacción de Petro
Miguel Uribe Turbay es un senador crítico a la gestión de Gustavo Petro. De hecho, su partido Centro Democrático se ubica en la derecha del arco político, completamente opuesta a la línea del jefe de Estado colombiano.
Mientras que el gobierno señaló entre sus hipótesis un intento de “desestabilizar” a la gestión, Piñeros Ayala señala que se podría apuntar a “grupos de extrema derecha o de izquierda que quisieran efectivamente hacer tambalear el proceso”.

Pero, más allá de las hipótesis planteadas el analista indica que la reacción del presidente Petro no ha sido la mejor.
“El presidente Petro, en varias ocasiones,no suele ser acertado a la hora de enfrentar la situación (...) En efecto, el gobierno se está enfrentando a una situación muy difícil en la que sus respuestas no son muy acertadas desde el punto de vista de la comunicación", añade el analista.
Si bien el primer mensaje del gobierno fue de condena al ataque y de solidaridad con la familia del senador, la realización de un concierto programado en la Plaza de Bolivar despertó críticas. El mismo día se realizó la #MarchaPorLaVida en las ciudades de Medellín, Cali y Bogotá para exigir justicia por el atentado contra Uribe Turbay.
Quien realizó los disparos contra Miguel Uribe Turday es un adolescente de 15 años. Este caso ha abierto un duro debate en Colombia, pues por ser menor de edad tiene una protección especial del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, indica Rafael Piñeros Ayala, y "eso también genera algunas dificultades a la hora de llevar un proceso judicial". A esto se suma el llamado de Gustavo Petro por protegerlo. Además, reveló que el presunto sicario formó parte del programa Jóvenes en Paz de su gobierno. Por lo pronto, según la agencia Europapress, la fiscalía anunció que acusará al menor por intento de asesinato y tenencia de armas. "Perdón, lo hice por plata, por mi familia", habría dicho durante su captura.

Las autoridades anunciaron una recompensa de unos 725.000 dólares por información que pueda llevar a la captura de otros implicados. Además, han desplegado a unos 190 investigadores de la policía para las pesquisas.
La violencia del pasado
¿Qué está pasando en Colombia?
El intento de asesinato contra Miguel Uribe Turday ha recordado el atentado que acabó con la vida de Fernando Villavicencio, candidato presidencial en Ecuador, en agosto del 2023. Pero Colombia tiene su propia historia de atentados, lo que ha despertado viejos temores.
Y es que entre 1987 y 1990 cuatro candidatos presidenciales fueron víctimas mortales de ataques de sicarios aparentemente pagados por los capos de la cocaína, entre ellos Pablo Escobar y otros narcotraficantes.
La historia de crímenes políticos se remonta a 1948, con el asesinato del postulante presidencial Jorge Eliecer Gaitán. Años después fueron ultimados el comunista Jaime Pardo Leal (1987), el liberal Luis Carlos Galán (1989) y los izquierdistas Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro (1990), un comandante de la guerrilla M-19 que firmó la paz.
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Piñeros Ayala apunta que hay un deterioro de la seguridad urbana y una mayor influencia de grupos criminales, “y refleja un temor muy alto de regresar a épocas de violencia anteriores en las que, sin duda alguna, se producían de manera mucho más extendida y sistemática hechos de violencia muy graves y complejos”.
Esta condición se repite en países andinos, indica el docente universitario, como Ecuador y Perú. En el caso de Colombia, llevaría a que los candidatos pongan énfasis en sus propuestas de seguridad para las elecciones del 2026.
“Hay una situación de descomposición de la seguridad y pareciese que hay una pérdida de control por parte de las autoridades”, denuncia, aunque desde el punto de vista objetivo de las cifras aun estaríamos muy lejos a la violencia vivida décadas atrás.
Es así como el atentado contra Miguel Uribe Turbay, político de 39 años, no solo golpea a su familia, sino que abre nuevas interrogantes sobre la seguridad ciudadana y política en Colombia y otros países.