Desafíos: las internas en la curia les ponen un freno a las reformas de Francisco. (Foto: Reuters)
Desafíos: las internas en la curia les ponen un freno a las reformas de Francisco. (Foto: Reuters)
Redacción EC

El 1 de mayo pasado varias personas descorcharon champagne en el Vaticano. La confirmación de que el cardenal australiano George Pell, prefecto de la Secretaría para la Economía, sería procesado en su país por abusos sexuales representó un triunfo para los sectores que cuestionan las reformas del . Estas avanzan, pero a un ritmo menor de lo esperado, frenadas por internas y las crecientes críticas a algunas designaciones de Francisco en puestos claves. Entre ellas, la del propio Pell.

También miembro del G-9 (el grupo de cardenales consultores del Papa para la reforma de la curia y el gobierno de la Iglesia), Pell fue designado por Francisco en el 2014 al frente de un nuevo superministerio de Finanzas, creado para poner en orden las cuentas del pequeño Estado, una de las reformas de este pontificado.

En los poco más de tres años que estuvo allí, este prelado de línea conservadora logró cambios profundos, pero también se forjó enemigos. De modos bruscos -apodado " the ranger"-, consiguió imponer que todas las oficinas del Vaticano empezaran a hacer algo tan elemental como un presupuesto y un plan anuales. Pero Pell, que siempre clamó su inocencia ante las acusaciones de abusos, desde el 29 de junio pasado está de licencia para defenderse de los pesados cargos que enfrenta en Australia.

El Papa no lo reemplazó, sino que la Secretaría para la Economía quedó acéfala, interinamente a cargo de su secretario, monseñor Luigi Mistó. Y el vacío dejado por Pell le asestó un revés a la reforma económica. "Se nota su ausencia en el G-9: él insistía en el tema de la transparencia y de la accountability [responsabilidad o rendición de cuentas] de cada funcionario de la curia romana", confió a "La Nación" un integrante de este grupo selecto.

"En el frente económico, si bien Francisco comenzó de forma muy eficaz, con una operación de limpieza del banco del Vaticano, el año pasado se registraron episodios opacos: por un lado, Pell tuvo que dejar su encargo de control sobre los balances de las administraciones individuales y por otro fue echado el primer auditor general de la historia del Estado Pontificio, Libero Milone, sin explicación alguna", dijo a "La Nación" el prestigioso vaticanista Marco Politi.

"Acusaron a Milone de haberle encargado a una agencia espiar la vida privada de prelados de la curia, pero sin pruebas. Le impidieron defenderse y nueve meses después, su puesto de auditor sigue vacante. Meses más tarde, repentinamente también fue echado Giulio Mattietti, número dos del IOR [Istituto per le Opere di Religione, el banco del Vaticano], sin explicaciones", agregó este experto. "Es claro que hay resistencias a la obra de limpieza del Papa, pero también estamos asistiendo a un paso hacia atrás respecto de sus operaciones de transparencia", apuntó Politi.

A cinco años de su puesta en marcha, por otra parte, el G-9 (el consejo de cardenales consultores) se convirtió en un dolor de cabeza para Francisco. "Un órgano innovador como el G-9 está viviendo una crisis notable porque un tercio de sus miembros está involucrado en polémicas. Y me parece que debería haber un recambio urgente", señaló el mismo vaticanista.

En el G-9, al margen del ya mencionado Pell -el prelado de más rango del Vaticano que enfrente un juicio por abusos-, el cardenal chileno Francisco Errázuriz es acusado de haber encubierto tanto al sacerdote pedófilo Fernando Karadima como a su mano derecha, Juan Barros. Y el hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga está siendo cuestionado por diversos asuntos, entre ellos, no haber controlado adecuadamente el uso de dinero de su auxiliar. Muchos se preguntan por qué Francisco no los saca de este importante órgano consultivo.

Otra gran reforma que está siendo puesta en duda y que aparece confusa es la del aparato comunicativo de la Santa Sede. En los últimos años, los diversos medios del Vaticano fueron englobados en una única estructura bajo la Secretaría para la Comunicación, que estrenó a principios de año un nuevo portal de noticias, Vatican News. El autor de este cambio, monseñor Dario Viganó, se vio obligado a renunciar a mediados de marzo pasado por un escandaloso manejo de una carta privada de Benedicto XVI. Fue reemplazado en forma interina por su número dos, el santafesino Lucio Ruiz. Pero aún no es claro cuál es el objetivo de Vatican News. De hecho, tal como destacó hace unos días en un artículo el vaticanista Luis Badilla, director de Il Sismografo, este portal que se ha vuelto el símbolo de la reforma de la comunicación del Vaticano en los días pasados inexplicablemente no informó sobre la impactante conferencia de prensa que concedieron las tres víctimas chilenas de abusos -Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo-, después de sus inéditos encuentros con el Papa en Santa Marta.

"¿Para los artífices de la reforma es normal callar y ocultar noticias relacionadas en primera persona con Francisco? ¿El Papa, determinado a buscar una solución a este horrendo drama de la Iglesia chilena, sabe que el mayor canal informativo del vaticano -flor en el ojal de la reforma-, ignora lo que ha pasado entre él y las víctimas de Karadima? ¿Hay alguien que piensa que puede 'controlar' al Papa y decidir cuál es el mensaje pontificio que debe pasar y cuál debe ser censurado? ¿Quién intenta en el Vaticano de 'blindar' a Francisco según sus gustos y ambiciones?", se preguntó Badilla.

En un marco de incertidumbre que implica disagio -malestar- en la curia, la expectativa es alta para ver cómo será, después de cinco años de trabajo del G-9, la nueva Constitución Apostólica que reformará la estructura. Se trata de un documento que reemplazará la Constitución Apostólica Pastor Bonus, la última reforma que hubo de la curia, realizada en 1988 por Juan Pablo II, que debería ver la luz en breve. Y que promete plasmar la administración central del Vaticano -donde hasta ahora hubo una racionalización y fusión de algunos dicasterios-, en una estructura "al servicio del Santo Padre y de las Iglesias particulares", un dato no menor.

El Papa siempre dejó en claro que para él, más importante que la reforma estructural de la curia, es la reforma del corazón, de la mentalidad. Y en este sentido en los últimos cinco años sí ha habido un sustantivo cambio de clima, por lo menos desde el punto de vista de los obispos de todo el mundo que llegan para las visitas ad limina en el Vaticano. "Ya no es como antes, que los obispos llegábamos ante el Papa o ante los diversos dicasterios como si fuéramos alumnos a punto de dar examen o de recibir el boletín", confió a "La Nación" un obispo, que destacó que "reina otra atmósfera, de libertad, de acompañamiento y de gran escucha, un cambio fundamental y bienvenido".

A pesar de las críticas, Francisco ha puesto en marcha esa descentralización auspiciada por el Concilio Vaticano II. Fiel reflejo de esto, hace unos días mandó de vuelta a casa sin respuesta a los obispos alemanes que viajaron al Vaticano en busca de una resolución a la cuestión de si puede permitirse la comunión a los cónyuges cristianos no católicos de matrimonios mixtos. Los obispos viajaron porque una minoría conservadora contraria a esta apertura le había pedido al Vaticano una intervención. A través de la Congregación de la Doctrina de la Fe, el Papa les hizo saber a los obispos alemanes que deben ser ellos quienes decidan sobre el tema, "posiblemente por unanimidad".

--- Renuncias y escándalos ---

La salida de miembros claves de la curia por escándalos ralentizó los cambios en el Vaticano

--- La salida de Pell ---

La gran reforma de la Economía se ha visto frenada por la salida del cardenal australiano George Pell, que enfrenta un juicio por abusos sexuales en su país y que aún no ha sido reemplazado; su salida significó un triunfo para los sectores hostiles a las reformas del Papa.

--- Dudas ---

El año pasado, la abrupta salida del primer auditor general del Vaticano, Libero Milon, y del número dos del IOR, Giulio Mattietti, sin explicaciones, generaron interrogantes acerca de la transparencia; la figura del auditor general fue creada por el Papa en 2014

--- Comunicación ---

La gran reforma del aparato comunicativo del Vaticano también perdió a su número uno, monseñor Dario Viganó, que debió renunciar tras un escándalo; el símbolo de su reforma de los medios, el portal Vatican News, despierta dudas

--- El G-9, apuntado ---

También se cuestiona al G-9, el grupo de cardenales consultores del Papa: tres de sus miembros están complicados por acusaciones graves, algo que daña al Papa. "Debería haber un recambio urgente", señaló el vaticanista Marco Politi. 

Fuente: La Nación de Argentina / GDA

Contenido sugerido

Contenido GEC