Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Nueva Delhi (EFE)
Un día después de la jura del nuevo presidente afgano, Afganistán y Estados Unidos firmaron el Acuerdo Bilateral de Seguridad (BSA, en inglés) que permite la presencia militar estadounidense en el país asiático después de 2014.
El inminente fin de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) en diciembre también supuso la rúbrica hoy de un acuerdo entre la Alianza Atlántica y el Gobierno para que las tropas internacionales “entrenen, asesoren y asistan” a las fuerzas afganas.
El recién nombrado consejero de seguridad del nuevo presidente afgano, Hanif Atmar, fue el encargado de suscribir los nuevos acuerdos con el embajador de EE.UU. en Afganistán, James B. Cunningham, y el embajador de la OTAN en Kabul, Maurits R. Jochems.
Al acto, que fue celebrado en el Palacio Presidencial y retransmitido en directo por las televisiones locales, también acudieron el nuevo mandatario afgano, Ashraf Gani, y el jefe del Ejecutivo del Gobierno de unidad nacional, Abdulá Abdulá.
Gani pronunció un discurso tras la rúbrica de los acuerdos en el que agradeció al anterior mandatario, Hamid Karzai, haber establecido todos los detalles de los tratados y afirmó que la Loya Jirga, o asamblea tradicional afgana, “aprobó” los dos pactos.
“Aseguro a la nación que estos acuerdos se basan en nuestro interés nacional”, sentenció el nuevo presidente afgano, que matizó que, si es necesario, los tratados se podrían modificar con el respaldo de la otra parte firmante.
Los acuerdos prevén la presencia en el país de 9.800 soldados de EEUU hasta finales de 2015, que se reducirán progresivamente hasta el mínimo necesario para operaciones de seguridad y labores diplomáticas a la conclusión de 2016.
Estados Unidos indicó que la misión de estas tropas es el entrenamiento de las fuerzas afganas y apoyo en operaciones antiterroristas contra el remanente de Al Qaeda.
Países como Alemania e Italia contarán con efectivos en suelo afgano junto a los estadounidenses, con lo que a principios del próximo año habrá en Afganistán unos 12.500 soldados extranjeros.
“La firma del BSA muestra que la relación política y militar entre Estados Unidos y Afganistán permanecerá fuerte tanto ahora como en el futuro (...). Además nos da confianza para continuar proporcionando seguridad y ayuda para el desarrollo”, señaló la embajada de EE.UU. en Kabul a través de un comunicado.
En la actualidad, 48 países participan en la misión de la ISAF con 41.124 soldados, de los cuales unos 28.970 son de EE.UU., según los últimos datos de la OTAN.
En junio del pasado año, los miembros de la ISAF cedieron definitivamente el liderazgo en el teatro de operaciones bélicas a las Fuerzas Armadas afganas, a las que se les provee apoyo y entrenamiento.
El secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, subrayó en una nota que la firma del acuerdo “significa que la nueva misión de la OTAN, llamada Apoyo Decidido, puede empezar el primero de enero de 2015 tal como se había planeado”.
El conflicto de Afganistán se halla en uno de sus momentos más sangrientos desde la invasión de Estados Unidos, que propició la caída del régimen talibán en 2001.
La violencia es especialmente cruenta con la población civil: en los seis primeros meses de este año perdieron la vida 1.564 civiles, un 17 % más que en la primera mitad de 2013, mientras que los heridos aumentaron a 3.289, un 28 % más.
Sin embargo, la llegada del nuevo Gobierno no parece que vaya a suponer el descenso de las acciones bélicas en el país asiático, pues los talibanes han asegurado que no negociarán con la nueva administración, ya que es “esclava” de EE.UU. y “siempre protegerá los intereses” del país norteamericano.