Agencia AP

Después de verse azotada por desastres, impondrá un confinamiento a partir del miércoles por la tarde después que la nación isleña del Pacífico reportó que dos trabajadores portuarios que habían asistido en la distribución de ayuda internacional habían contraído el .

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El anuncio urgente del primer ministro Siaosi Sovaleni pareció confirmar los temores entre los funcionarios tonganos de que la ayuda que llega al país tras la devastadora erupción volcánica y el subsecuente tsunami del mes pasado también podría introducir el COVID-19 en una nación que hasta ahora vivía libre del virus.

De hecho, las autoridades habían manifestado sus inquietudes de que un brote de coronavirus podría representar un mayor peligro para Tonga que el tsunami, el cual causó tres muertes y dejó a decenas de personas sin hogar. Varios países han enviado ayuda vía marítima y aérea desde Australia, Nueva Zelanda, Japón, Gran Bretaña y China.

Estas naciones habían prometido dejar sus suministros de agua potable y medicinas sin entrar en contacto con las personas de Tonga, que normalmente exige una cuarentena de tres semanas para todo aquel que ingrese al país.

Pero la amenaza se puso de manifiesto cuando decenas de marinos a bordo del barco de ayuda australiano HMAS Adelaide reportaron infecciones después de un brote. Los miembros de la tripulación a bordo de vuelos procedentes de Japón y Australia también reportaron casos de coronavirus.

El sitio de noticias Matangi Tonga reportó que los resultados positivos se produjeron luego de que las autoridades realizaron pruebas diagnósticas a 50 trabajadores de primera línea en el puerto. El confinamiento es por tiempo indeterminado, señala el sitio, y se prevé que las autoridades sanitarias ofrezcan actualizaciones cada dos días.

Desde que empezó la pandemia, Tonga sólo había reportado un caso de coronavirus, el de un misionero de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que regresaba de África en octubre.

Tonga y varias pequeñas naciones del Pacífico, como Kiribati y las Islas Salomón, eran algunos de los últimos lugares del planeta que habían evitado cualquier brote del virus hasta las últimas semanas, gracias a su ubicación remota y a estrictos controles fronterizos. Pero sus defensas no parecen estar a la altura de la altamente contagiosa variante ómicron.

El confinamiento en Tonga se produce en momentos en que muchas viviendas y negocios siguen sin acceso a internet después de que el tsunami cortara el único cable de fibra óptica que conecta Tonga con el resto del mundo. Las autoridades esperan que se completen las reparaciones en una o dos semanas.

Alrededor del 61% de los 105.000 habitantes de Tonga cuentan con esquema completo de vacunación, de acuerdo con Our World in Data.

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