La Habana.A punto de cumplirse una semana del anuncio del restablecimiento de relaciones entre Cuba y EE.UU., Fidel Castro, el revolucionario que durante dcadas ha liderado el azote contra el imperio, se mantiene en silencio sobre el giro diplomtico de su histrico enemigo.
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El mutismo del anciano ex presidente cubano, de 88 aos y retirado del poder desde el 2006, contrasta con el torrente de reacciones que desde todos los puntos de planeta ha provocado el anuncio del fin de las hostilidades entre La Habana y Washington, que han abierto una nueva era en sus relaciones y puesto fin al ltimo conflicto de la Guerra Fra en Amrica.
Hasta los pupilos bolivarianos del comandante en jefe, que cre escuela en Latinoamrica en la cruzada antiimperialista, se han pronunciado sobre el acontecimiento, aunque para celebrar el regreso a la isla de los tres espas cubanos que estaban an presos en crceles estadounidenses y cuya liberacin ha formado parte de los acuerdos entre La Habana y Washington para normalizar relaciones.
Hay que reconocer el gesto de valenta del presidente Barack Obama, lleg a afirmar Nicols Maduro, gobernante de Venezuela y principal aliado poltico y econmico de Cuba, en un momento de repunte de las tensiones entre EE.UU. y su pas.
Tan llamativo como el silencio de Fidel Castro sobre la nueva etapa con Washington es el hecho de que an no se sepa si el ex presidente cubano se ha reunido ya o no con Los Cinco, ya todos en la isla, despus de que el reclamo por su liberacin haya sido una de sus banderas desde que fueron detenidos en EE.UU. hace 16 aos.
Casi una semana despus de conocerse la reconciliacin, estos agentes, considerados en Cuba hroes antiterroristas, siguen acaparando portadas y contenidos de los medios de la isla (todos oficiales), que han dado ms importancia a su regreso que a la normalizacin de relaciones con Estados Unidos.
El nombre de Fidel Castro s ha estado muy presente en esas informaciones oficiales, al resaltar los medios que, tal y como prometi el lder cubano, Los Cinco finalmente estn todos en casa.
En cualquier caso no es raro que el ex presidente cubano se tome su tiempo para pronunciarse sobre acontecimientos relevantes: cuando Hugo Chvez falleci el 5 de marzo del 2013 vctima de un cncer, la primera reaccin de Fidel Castro no lleg hasta seis das despus, en un artculo de prensa para recordar al lder venezolano como el mejor amigo que tuvo Cuba en su historia.
Tambin fue as en el caso del fallecimiento de Nelson Mandela, (5 de diciembre de 2013). Doce das despus la firma de Fidel Castro apareci en la prensa cubana para elogiar la figura y el legado del lder sudafricano.
Precisamente en aquel artculo sobre Mandela, el ex presidente cubano se refiri al indito apretn de manos entre Barack Obama y Ral Castro en los funerales.
Felicito al compaero Ral por su brillante desempeo y, en especial, por la firmeza y dignidad cuando con gesto amable pero firme salud al jefe del Gobierno de Estados Unidos y le dijo en ingls: Seor presidente, yo soy Castro, escribi hace poco ms de un ao el lder de la Revolucin cubana sobre su hermano menor.
No se produjo sin embargo reaccin pblica alguna de Fidel a propsito de la muerte, el 17 de abril de este ao, de uno de sus grandes amigos: el escritor colombiano y premio Nobel de Literatura, Gabriel Garca Mrquez, cuya desaparicin constern al lder revolucionario, aunque se encontraba bien, segn se supo ocho das despus por boca del primer vicepresidente Miguel Daz-Canel.
En estos ltimos das, la nica persona del entorno de Fidel Castro que ha especulado sobre un eventual pronunciamiento suyo sobre el giro en la poltica de EE.UU hacia Cuba ha sido su sobrina, Mariela Castro, hija del presidente Ral Castro.
En una entrevista que concedi la semana pasada a una televisin estadounidense, Mariela Castro se mostr convencida de que su to est muy feliz con la histrica noticia y de que en cualquier momento escribir alguna de sus reflexiones habituales.
La ltima vez que la firma de Fidel Castro apareci en la prensa cubana fue el pasado 18 de octubre con un artculo titulado La hora del deber donde ofreca a EE.UU. la colaboracin de Cuba en la lucha contra el bola.
Cuatro das antes escribi tambin sobre el editorial The New York Times que reclamaba el fin del embargo contra Cuba, en un texto titulado Lo que no podr olvidarse nunca.
El artculo est escrito, como puede apreciarse, con gran habilidad, buscando el mayor beneficio para la poltica norteamericana en la compleja situacin, cuando los problemas polticos, econmicos, financieros y comerciales (de EE.UU.) se acrecientan, escribi entonces el ex presidente cubano en relacin a ese editorial.
Fuente: EFE