El Gobierno de Evo Morales señaló que la incursión en territorio chileno de los tres militares bolivianos detenidos este viernes fue inofensiva y no es tan grave como se cree, por lo que confía en que el asunto se resuelva pronto.

Así lo manifestó la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, en un contacto telefónico con la radio estatal Patria Nueva desde Santiago, donde acompaña al presidente Morales en la Cumbre de la Celac-UE.

Consideramos que ésta es una incursión absolutamente inofensiva, la frontera no está tan delimitada, a veces hay ingresos de los puestos de control fronterizo que están haciendo recorridos en la zona para evitar el ingreso de contrabandistas, dijo Dávila.

Los tres militares bolivianos fueron sorprendidos ayer ingresando a territorio chileno por el paso fronterizo de Colchane, 1.987 kilómetros al norte de Santiago, a bordo de un vehículo y portando un fusil, por lo que fueron detenidos por Carabineros y trasladados en helicóptero a la ciudad norteña de Iquique.

El incidente ocurrió en vísperas de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de Latinoamérica, el Caribe y la Unión Europea (UE), en la que el presidente Morales buscará respaldo a la demanda de su país a Chile para lograr una salida soberana al océano Pacífico, perdida en una guerra en el siglo XIX.

Dávila señaló que las autoridades bolivianas investigan lo sucedido e insistió en que no fue una situación malintencionada.

Según la ministra, la Cancillería boliviana recibió un comunicado de su similar chilena, que ha pedido que estos hechos no se repitan y, a la vez, expresa toda su disposición para dar una solución rápida y expedita al tema. Esto quiere decir que ellos también están considerando que no es una cosa tan grave como uno puede pensar, sostuvo Dávila.

ANTECEDENTE En junio de 2011, 14 militares bolivianos fueron arrestados por la policía chilena, que los acusó de haber sobrepasado la frontera.

Aquellos soldados estuvieron encarcelados tres días, fueron procesados por robo en un juicio al que fueron llevados con grilletes en pies y manos, luego liberados por falta de pruebas y finalmente expulsados de Chile.

Morales les condecoró cuando llegaron a Bolivia y anunció entonces que haría una denuncia internacional porque, según dijo, sus derechos fueron violados.