El drama de los refugiados sin dinero para ir a Europa
El drama de los refugiados sin dinero para ir a Europa

Al-Roqban. "Los que tienen dinero van a Europa. Al pobre que Dios lo ayude", rezonga Fawzia Soltan, una refugiada siria que acaba de desembarcar en Jordania, en una desértica tierra de nadie, con la cara cubierta de polvo.


Fawzia, de 50 años, dice que no tiene medios para ir a Europa, como hacen desde hace semanas miles de sirios que huyen de la guerra en su país.

Forma parte de un grupo de unos cuarenta sirios, en su mayoría mujeres y niños, que fueron autorizados el jueves a entrar en Jordania desde Al Roqban, un paso situado en medio de un paisaje lunar, en el triángulo donde confluyen las fronteras de Jordania, Siria e Iraq.

Este paso es uno de los pocos todavía abiertos para los refugiados en Jordania, donde las autoridades han cerrado otros por motivos de seguridad, explicaron fuentes militares jordanas, que han autorizado por primera vez el jueves el acceso de periodistas para una visita guiada.

El lugar se encuentra a más de 500 km al nordeste de la capital, Amman. Los periodistas recorrieron en vehículos militares los más de 120 km en medio de una nube de polvo para llegar al "centro de acogida", controlado por el ejército y donde se verifican las identidades de los recién llegados. 

Luego, los refugiados van a uno de los campamentos instalados en el país desde el estallido en el 2011 de la guerra en Siria, que ha provocado la muerte de más de 240.000 personas y forzado al exilio a más de cuatro millones, de las cuales Jordania acogió a 600.000, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

"Buena acogida en Europa"

Fawzia procede de Homs, en el centro de Siria, donde "la situación es mala", lamenta con lágrimas en los ojos.

Su hijo fue encarcelado hace dos años por las fuerzas del régimen sirio de Bashar al Assad pese a que, según ella, no es miembro de la rebelión.

"Ahora, no sé nada de él. Lo busqué en vano", lamenta esta mujer que afirma haber escuchado maravillas de la acogida dispensada a los refugiados sirios en Europa.

"Se hacen cargo de ellos rápidamente. Les dan salario, alojamiento, comida, ropa", dice, ajena a las divisiones entre los países europeos sobre la crisis migratoria.

Varios países se oponen a la política defendida por Berlín para acoger con "generosidad" una ola de refugiados que no para de crecer.

La llegada de decenas de miles de hombres, mujeres y niños, procedentes también de otros países como Iraq o Eritrea, ha generado la peor crisis migratoria en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

Ahmed Yacine, de 35 años, huyó con su mujer y su hija de la ciudad de Raqa, bastión del grupo yihadista Estado Islámico. Confía en poder irse a Europa, "a Alemania o a cualquier otro sitio", pero por ahora no tiene medios.

"Si tengo medios intentaré el viaje (hacia Europa). Ahora voy a ver cómo puedo hacer aquí", dijo.

Ali Ahmed lleva a sus dos hijos en brazos. Es de Alepo, en el norte de Siria. "No teníamos elección, estábamos obligados a salir de la ciudad", donde la situación era "dramática", dijo.

"Hemos pasado 15 horas en la carretera. No sabíamos si íbamos a llegar" a la frontera jordana, cuenta.

Apoyado en una muleta, Anas Ibrahim, de unos cuarenta años, huyó de Raqa con su mujer y sus siete hijos. Sufre una triple fractura de la tibia causada por un bombardeo.

"No quiero ni Europa ni ningún otro sitio. Sólo quiero curarme", afirma.

Fuente: AFP

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