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España en el centro de la ira de Trump: cómo el dilema del gasto militar acapara la cumbre de la OTAN
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La cumbre anual de la OTAN que empezó este martes 24 en La Haya tiene como telón de fondo la escalada en Medio Oriente y el frente abierto en Ucrania a más de tres años de la invasión rusa. La compleja situación no deja espacio para las dudas: los países de la alianza atlántica necesitan garantizar su seguridad. Pero en medio de esta certeza persiste el debate espinoso de lograr un aumento sin precedentes del gasto de defensa entre todas las naciones del bloque, exigencia de Donald Trump a la que no está dispuesto a renunciar.
Desde que llegó a la Casa Blanca por primera vez en el 2016, Trump se ha mostrado claro en su desdén por la alianza de defensa, creada para hacer frente a las amenazas de la antigua Unión Soviética. Ha dicho que el resto de países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) debe incrementar el monto que destinan a la defensa y ha enfatizado una vez más que Estados Unidos ha aportado mucho más en la relación con los aliados.
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El mandatario estadounidense insistió en su reclamo antes de llegar a Países Bajos para la cumbre anual de los 32 líderes de la OTAN que se extenderá hasta el jueves 26 y dejó en claro que el incremento del gasto en defensa será uno de los principales temas a tratar. De hecho, el líder republicano busca que los miembros de la alianza se comprometan a elevar su gasto en defensa del 2% al 5% de su PIB en los próximos diez años.
Trump volvió a lanzar un mensaje ambiguo sobre su compromiso con el artículo 5 de la OTAN, que establece el compromiso de defensa colectiva entre los países de la alianza en caso de ataque. “Depende de su definición. Hay muchas definiciones del artículo 5. Pero me comprometo a ser su amigo. Me he hecho amigo de muchos de esos líderes y me comprometo a ayudarlos”, indicó, para después añadir que “dará una definición exacta cuando llegue (a la cumbre de la OTAN)”.
Tal vez por lo impredecible del temperamento de Trump, la alianza ha intentado evitar la confrontación. De hecho, en la víspera de la cita en La Haya, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, elogió al presidente de Estados Unidos por hacer que Europa “pague de una GRAN manera” y afirmó que ello será un logro del jefe de Estado republicano.
Antes de la reunión, Reino Unido, Francia y Alemania se comprometieron con el objetivo del 5%. La anfitriona, Países Bajos, también ha dado el visto bueno, y las naciones más próximas a la frontera de Ucrania, Rusia y su aliado Bielorrusia, ya se habían declarado a favor antes.
Pese a la buena disposición por lograr avances, Trump arremetió contra España, país que ha dicho que no puede cumplir con ese monto en el gasto de defensa, y ha insistido en que esa meta es “poco razonable”.
“Hay un problema con España. España no está de acuerdo, lo cual, francamente, es muy injusto para el resto de ellos”, dijo Trump a los periodistas en su camino a la reunión.
La mira en España
Aunque los países de la OTAN acordaron el domingo último establecer un objetivo del 5% del PIB para el gasto anual en defensa y seguridad para el 2035, no todos están de acuerdo.
En el caso de España, el Gobierno de Pedro Sánchez hizo pública su posición rechazando llegar a un gasto militar del 5% y logró un acuerdo con Rutte para eximirlo de alcanzar esa cifra para el 2035. En una carta al secretario general de la OTAN, el líder español advirtió que el pedido no es razonable, que podría ser incluso contraproducente y afectaría al estado de bienestar.
Trump fue implacable en su crítica a España y afirmó que “siempre hay un problema” con sus contribuciones como miembro de la OTAN. El republicano ya se había quejado en el pasado de que Madrid “siempre ha pagado muy poco” y “debería aportar lo mismo que el resto”.
Este martes 25 compartió incluso un gráfico con el titular ‘España amenaza con descarrilar la cumbre de la OTAN’, donde reivindicó el “increíble” gasto de Washington en defensa.
El país ibérico evitó responder directamente a estas palabras. Fuentes del Gobierno citadas por la agencia Efe han considerado estas palabras una opinión personal de Trump y han confiado en que no haya problemas en la cumbre con la flexibilidad que ha recibido Madrid para elevar de a pocos su gasto de defensa.
Esa flexibilidad, según ha asegurado Sánchez, permitirá que España cumpla con esos compromisos con un gasto que no excederá el 2,1% del PIB.
Enrique Banús, internacionalista y director del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Piura, explica que aunque el acuerdo alcanzado entre España y la OTAN no es muy claro, la clave es la flexibilidad.
“No se ha dicho que España no tiene que cumplir, pero se ha dicho que se va a ver con flexibilidad y que se va a revisar. Y que va a haber un horizonte temporal más amplio. Esto genera cierto malestar en otros países de la OTAN, con contadas excepciones. Algunos han criticado a España abiertamente, sobre todo Polonia. Y el resto opta más bien por el silencio o por comentarios veladamente críticos. Porque el tema también es salvaguardar ahora la unidad. Una OTAN dividida frente a Rusia es una malísima señal”, dice el experto español.

Las consecuencias de esta discrepancia para España son por ahora imprevisibles, señala Banús. “Con el presidente Trump nunca se sabe, porque a lo mejor mañana conversa con Pedro Sánchez y sale diciendo que le parece el mejor estadista del mundo. Habrá que esperar también al final de la reunión cómo quedan allí las cosas. Pero lo que no es bueno es que España se aísle y pase a ser el patito feo dentro de un contexto internacional bien complicado”, apunta.
Dentro de España, Sánchez tampoco tiene el mejor panorama. El presidente del Gobierno Español está esgrimiendo el argumento de que el país tiene que elegir entre invertir entre defensa o el estado de bienestar. Un discurso que defiende mientras su entorno enfrenta acusaciones de corrupción.
“Sánchez está en una situación complicada. Tiene que regresar también salvando la cara, porque él tiene un problema dentro, de un gobierno que está además muy acosado ahora por casos de corrupción y con unos socios que él sabe que no tienen nada de sensibilidad en favor de la alianza atlántica”, refiere Banús.
Retos y estrategias
Mientras tanto, la mayoría de líderes europeos buscan que la alianza salga fortalecida del encuentro en La Haya. Para Banús, el principal reto es que consigan subir a todos al barco de una mayor inversión en defensa.

Un punto importante en las posturas es la situación geográfica. Los países, incluso los escandinavos que han ingresado en los últimos tiempos en la OTAN, ahora son de los que más están impulsando este acuerdo.
“Suecia acaba de ingresar en la OTAN y durante muchas décadas ha sido distante y ahora es el que ve la amenaza más cerca. Este es un argumento que también se esgrime frente a España: claro, como ustedes están muy lejos de Rusia, pues no comprenden la amenaza real y se desvinculan pensando que este es un problema de los que están cerca, o sea, Polonia, los bálticos y los escandinavos. Porque lo cierto es que ahí hay una sensibilidad es muy distinta”, concluye Banús.










