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Las fotos que muestran cómo Evo Morales pasó del optimismo a la decepción
Redacción EC

La Corte Internacional de Justicia de rechazó el lunes la demanda de que buscaba obligar a a negociar un acceso soberano al océano Pacífico.

Con 12 votos a favor y 3 en contra, el organismo internacional desestimó todos los argumentos presentados por La Paz para el reclamo.

El presidente boliviano, Evo Morales, acudió a la CIJ para el fallo, algo poco usual en jefes de Estado, mientras que su par chileno, Sebastián Piñera, siguió la transmisión desde Santiago.

La sentencia supone un duro revés para Evo Morales, que aspira a postularse a un cuarto mandato y que, algo poco usual en jefes de Estado, estuvo presente en el Palacio de Justicia de La Haya durante la lectura del fallo, al igual que hizo durante los alegatos orales en marzo.

Antes de conocerse el fallo, el mandatario había augurado que la decisión abriría la vía para que "Bolivia retorne al océano Pacífico con soberanía" y que "a partir del lunes" debía iniciarse una "nueva era" de "relaciones fraternales" con Chile.

El tema es altamente sensible en ambos países, , que sólo tienen relaciones a nivel consular desde 1978 tras un fallido acercamiento. El domingo, la Iglesia católica, en una declaración conjunta de las conferencias episcopales de Chile y Bolivia, urgió a acatar el fallo con "paz y sensatez, espíritu constructivo y fraterno".

Chile, cuyo presidente Sebastián Piñera siguió el fallo desde Santiago, siempre ha rechazado la demanda por considerar que debe imperar el derecho internacional que regula los tratados como el de 1904, que reconoce a Bolivia el libre uso de puertos chilenos.

Antes de la decisión, en Chile surgieron voces a favor de abandonar el Pacto de Bogotá -también conocido como Tratado Americano de Soluciones Pacíficas, que le da jurisdicción a la Corte- como hizo Colombia en 2012 tras el fallo negativo para sus intereses en el diferendo sobre áreas marítimas que mantuvo con Nicaragua.

Chilenos y bolivianos enfrentan un segundo proceso en trámite en la CIJ, por el uso de las aguas del Silala. Para Chile, que presentó en 2016 la demanda, es un río internacional, mientras que Bolivia lo considera un manantial que le pertenece.

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