Indonesia: ¿Quién era el brasileño fusilado por narcotráfico?
Indonesia: ¿Quién era el brasileño fusilado por narcotráfico?

Tras diez años de agonizante espera en el corredor de la muerte en una prisión, el brasileño Rodrigo Gularte, fue ejecutado este martes en Indonesia.

Gularte fue uno de ocho fusilados en el país asiático luego de ser condenados por tráfico de drogas.

Los otros procedían de Australia, Nigeria e Indonesia.

Las autoridades de Indonesia no respondieron a numerosos pedidos internacionales que solicitaban clemencia para los condenados.

La pena fue cumplida por un pelotón de fusilamiento en una isla prisión del centro de Java.

Informes aseguran que una filipina que estaba en el grupo de los condenados a muerte, a última hora no fue ejecutada.

El brasileño había sido condenado a muerte en 2005 y desde entonces su familia había estado en una carrera contra reloj para revertir su condena.


Según contó la familia, el primer abogado que contrataron para su defensa, abandonó el caso y huyó con el dinero. (BBC)
 

(BBC Mundo)

Pero hasta el último momento, el brasileño aseguraba que las aseveraciones de que iba a ser ajusticiado eran mentiras.

En los meses previos a su ejecución, desconfiaba de lo que leía y de lo que le decían parientes y conocidos, y aseguraba que su pena no sería cumplida.

Son indicios, según sus familiares, del perfil psicológico que de alguna manera lo caracterizó desde sus años de adolescencia.

El año pasado, el brasileño fue diagnosticado con esquizofrenia paranoica, pero su madre dijo a la BBC que desde muy joven mostró tendencias a la depresión.

Clarisse señala que su infancia fue "feliz y normal". "Tenía un comportamiento razonable, pero con el pasar del tiempo fue cambiando de actitud y no nos dimos cuenta", dijo.

Su prima Angelita Muxfeldt explica que esos cambios comenzaron a los 13 años, pero empeoraron cuando los padres se divorciaron.

AFICIONADO AL SURFEO
Gularte nació en una familia acomodada en la ciudad brasileña de Foz de Iguazú.

Sus familiares lo recuerdan como un joven amable que desde temprana edad desarrolló una gran afición por el surfeo.


Gularte era un gran aficionado al surfeo. (BBC)
 

(BBC Mundo)

Pero fue también en sus años de adolescencia cuando comenzó su adicción a las drogas.

Su primer tratamiento contra la dependencia de drogas fue a los 16 años, cuando los parientes dicen que percibieron por primera vez indicios de bipolaridad.

Angelita Muxfeldt explica que su primo fue empeorando debido al efecto conjunto de la depresión y el consumo de narcóticos.

Su madre Clarisse trató de ayudarlo, compró un restaurante y se lo dio a administrar.

Pero su consumo de drogas continuó.

Tuvo un hijo, autista, que hoy tiene 21 años, y con quien tuvo poco contacto.
Clarisse lo vio por última vez en febrero y lo encontró perturbado.

"Me sangra el corazón. Está totalmente deprimido y sólo habla cosas inconexas", le dijo a la BBC.

GRAN ERROR
Su prima, Angelita Muxfeldt, lo había visitado con regularidad desde que fue arrestado.

Gularte fue detenido en el aeropuerto de Yakarta en 2004 junto con otros dos hombres.

Sus familiares dicen que se echó toda la culpa de las drogas escondidas dentro de las tablas de surf que llevaba, lo que permitió que los otros dos quedaran en libertad.


Gularte usaba esta gorra en la prisión porque aseguraba que lo protegia. (BBC)

(BBC Mundo)

Su viaje a Indonesia en julio de 2004 "fue una trageria", dice su madre.

Muxfeldt dice que su primo "no estaba plenamente consciente de lo que estaba haciendo".

"Creemos que fue acosado por los traficantes internacionales debido a su estado mental", asegura.

"Este viaje fue su error más grande", añade.

"NUNCA CAUSÓ PROBLEMAS"
El sacerdote irlandés Romo Carolus conoció al brasileño años atrás, en las misas que celebraba en la prisión de Nusakambagan, conocida como "Isla de la muerte", donde estaba recluido.

Lo describió como "sensible" y alguien que "nunca causó problemas".

Explicó que en los últimos años, el estado mental del brasileño empeoró y ya no pudo continuar asistiendo a las misas, a las que iba con regularidad.

El sacerdote cuenta que estaba constantemente hablándole a las paredes y decía oír voces provenientes de satélites.

En palabras de Gularte, "esas voces lo alertaban de que la prisión era un lugar seguro y de que fuera de ahí podía ser asesinado", según contaron a la BBC sus familiares.

Los familiares lucharon para que el brasileño fuera trasladado a Brasil, debido a su estado mental.