El director para Asuntos de América Latina del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, Modi Ephraim, es el encargado de encabezar a esta delegación diplomática en la Alianza del Pacífico. (Alonso Chero / El Comercio)
El director para Asuntos de América Latina del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, Modi Ephraim, es el encargado de encabezar a esta delegación diplomática en la Alianza del Pacífico. (Alonso Chero / El Comercio)
Renzo Giner Vásquez

Las reuniones que entre el viernes y el sábado sostendrán los mandatarios de Chile, Colombia, México y Perú en Lima darán por concluida la 12° cumbre de la que se viene desarrollando desde el lunes en nuestra capital. 

Las sesiones de alto nivel en las que se ha buscado determinar los planes del grupo para la siguiente década ha contado con la presencia -además de la invitación especial a Ecuador- de una delegación israelí, que cumple con el papel de estado observador de las conversaciones desde que la Alianza del Pacífico se creó en el 2014. 

El director para Asuntos de América Latina del Ministerio de Relaciones Exteriores de , Modi Ephraim, es el encargado de encabezar a esta delegación diplomática.

Ephraim, quien fue embajador de Israel en el Perú entre el 2011 y el 2014, es un amplio conocedor de la región ya que cumplió con el servicio diplomático en Guatemala, Argentina, México y Estados Unidos en el pasado. 

El Comercio conversó con él sobre las relaciones entre su país y nuestra región, las próximas elecciones en Israel a realizarse el 17 de setiembre y las negociaciones en Baréin patrocinadas por Estados Unidos y que buscaban poner fin al conflicto palestino-israelí.

- ¿Qué rol cumple Israel dentro de estas conversaciones?

En el 2015 estuve acá para un diálogo con los representantes de los países miembros. Ahí se acordó que los temas de cooperación giran en torno a tres ámbitos.

- ¿Cuáles son?

El primero es todo el tema de la tecnología agrícola. Se hizo algunos cursos y capacitaciones en Israel en el desarrollo del producto agrícola y también sobre todo el manejo de la exportación agrícola. El segundo tema, con mucha importancia para el Perú, es el manejo, distribución y política de agua. Esto lo desarrollamos por necesidad, porque casi la mitad de nuestro país es tierra árida. Alguien que viene a Lima no sabe que es la segunda ciudad más desértica del mundo, después de El Cairo.

- ¿Y el tercer ámbito?

Es el más desarrollado y de más actividad. El tema de innovación y emprendimiento. En abril, bajo la presidencia de la Alianza del Pacífico, Israel organizó una conferencia para todos los que toman las decisiones en temas de innovación y emprendimiento en los países miembros.

- Con todos los trabajos que ha tenido en Latinoamérica se debe sentir muy cómodo en la región…

La verdad que sí. Me encuentro en medio de una gira que empecé en la conferencia de cancilleres de la OEA en Medellín y la toma de posesión en Panamá. Sostuve reuniones con más de 10 cancilleres y vicecancilleres por temas bilaterales. Ahora estamos con una política de estrechar aún más la relación entre Israel y América Latina. A nivel de la Alianza Pacífico, Israel fue el primer país en firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el Mercosur y ahora estamos actualizando las listas, los productos. Hay buen entendimiento con Brasil y Argentina también. El presidente Piñera nos visitó la semana pasada. Hay buen entendimiento con el grupo del Cono Sur, la Alianza y Centroamérica, con Guatemala moviendo su embajada a Jerusalén, trabajamos con Honduras, con Panamá firmamos un TLC. Estamos en una buena época, queremos seguir desarrollando la relación con el Perú.

- Latinoamérica e Israel están geográficamente bastante lejos, ¿cómo se ha logrado estrechar el mapa?

Trece de los 33 países que apoyaron en la votación para la creación de Israel en 1947 fueron latinoamericanos. Israel, en los años 50, 60 y hasta 70 se enfocó más en Europa y EE.UU. Después se descubrió la relación con Corea, China y la India. Creo que desde el 2000 volvimos al continente (americano), fue una resolución del Gobierno Israelí para acercarnos con fondos agrícolas a México y otros temas. Por supuesto las comunidades judías son un puente importante entre Israel y América Latina. Además, hoy la distancia tiene menos importancia. Cada mes o semana estoy haciendo videoconferencias con todos mis embajadores de América Latina. El viaje es largo y costoso, así que si tanto hablamos de tecnología hay que aprovecharla [risas].

- Esta relación genera que nuestra región también se interese por la actualidad de su país. Acabamos de ver un intento fallido entre EE.UU., Israel y los palestinos por llegar a un acuerdo de paz…

Quien vive en Medio Oriente sabe que se debe tener mucha paciencia. Los intentos empezaron desde Oslo en 1993. Y no creo que podamos decir que se fracasó. Pero hay que entender que la situación en Medio Oriente cambió mucho. Por supuesto que existe el conflicto israelí – palestino que todos queremos solucionar. Y cuando digo que queremos solucionar es porque Israel invierte en centros industriales en la frontera para desarrollar y apoyar la economía palestina. Sabemos que para tener buenos vecinos ellos deben tener un buen nivel de vida. Pero lo más problemático hoy en día creo que no es ese conflicto sino lo que está pasando en todo el mundo y en el Medio Oriente: el enfrentamiento de radicales, dirigido por Irán, entre los sunitas y los chiitas. Eso pone en riesgo no solo a Israel, ya vimos lo que pasó con los buques petroleros en el Golfo, los países del Golfo están bajo esa preocupación por Irán. Ahora quieren tener una presencia en Siria, con todo lo que pasa ahí. Apoyan a los grupos terroristas Hezbolá en el Líbano y a Hamas en la Franja de Gaza. Irán es una preocupación. Nosotros pensamos que la política de EE.UU. es correcta, hay que seguir con las sanciones duras contra Irán, sobre todo para evitar cualquier conflicto bélico.

- Irán anunció hace unos días que superó el límite de uranio enriquecido que establecía el Acuerdo del 2015. ¿Cuánto aumenta la preocupación con esa declaración? 

Sí, quieren seguir con el programa nuclear y, además, ellos son los responsables de los dos atentados que hubo en el continente: uno fue en la AMIA hace 25 años y dos años antes contra la embajada (israelí en Argentina). Pensamos que hay que unir los esfuerzos y ser más duros con las sanciones (contra Irán) para evitar otros problemas en el futuro. Paralelamente, seguir con el diálogo con los países árabes moderados. El encuentro en Baréin buscaba mejorar la condición de vida y así generar un mejor ambiente para el diálogo político.

- La principal crítica fue que solo se enfocaba en la parte económica, más no política. Un pronunciamiento de EE.UU. contra las colonias judías en Palestina, por ejemplo.

Primero, ya sabemos que el plan norteamericano posiblemente se presente tras las elecciones de setiembre en Israel. Ese plan incluye los temas políticos. Los asentamientos judíos es uno de los temas que debemos tocar en el diálogo, pero no creo que sea el obstáculo principal porque si revisa los intentos en el pasado Israel estaba listo para dejar 90% del territorio (palestino). La solución se puede encontrar, lo único es que necesitamos un socio para el tango. Está la Autoridad Palestina en Cisjordania y Hamás (en la Franja de Gaza), que son más radicales. Pero entre ellos hay un conflicto, entonces no tenemos un socio con coraje para tomar decisiones cruciales y con sacrificio. Nosotros estamos preparados y sabemos que cada uno deberá sacrificar algún sueño para llegar a la paz. Pueden ser los asentamientos o temas de seguridad. En los últimos años, por la seguridad nuestra, ha habido un buen entendimiento con la Autoridad Palestina en el tema de la lucha contra el terrorismo. Es un tema muy importante. Mira lo que pasa al sur de Israel, dejamos la Franja de Gaza en manos de la Autoridad Palestina en el 2005, ellos perdieron el control frente a Hamás y desde entonces cada uno o dos años hay ataques sobre centros civiles con misiles y cohetes. Israel debe proteger a sus ciudadanos que están obligados a vivir cerca de sus refugios para poder proteger sus vidas. Eso es algo que ningún gobierno puede aceptar.

- El traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén, otro gran reclamo palestino, ¿no fue un mal cálculo político?

¿Cuál es la capital del Perú?

- Lima.

Por supuesto. ¿Y dónde están las embajadas?

- Acá.

Bueno, la capital de Israel es Jerusalén. Ahí deben estar. El Parlamento israelí está en Jerusalén, la oficina del presidente también, la Corte Suprema igual. Empezó EE.UU., siguió Guatemala y ojalá otro país latinoamericano siga esta mudanza y sobre todo acepten que Jerusalén es la capital de Israel.

- Lima no es tierra sagrada para peruanos y chilenos, por ejemplo. Esa es la gran diferencia.

No hay negociaciones, no hay socio (con quien negociar), Israel es un país soberano. Desde la biblia que ustedes conocen Jerusalén fue la capital del rey David. No es lógico reconocer que es nuestra capital pero que las embajadas estén en Tel Aviv, a pesar de que las playas de Tel Aviv son muy bonitas. Ojalá que pronto el presidente brasilero Bolsonaro y el presidente Hernández, de Honduras, den las declaraciones (de traslado de embajada). Hungría ya abrió sus oficinas, la República Checa también. Ojalá muchos más países acompañen eso.

- Tras las negociaciones en Oslo, el electorado israelí apostó por el plan de seguridad que ofrecía la centroderecha. ¿Espera algo similar en estos comicios tras lo ocurrido en Baréin?

Creo que las elecciones están abiertas, hay bastantes partidos que participan, hay representación de los árabes israelíes, los ultraortodoxos, los rusos; todos tienen su representación y lo que hay que entender es que así gane la centroderecha o la centroizquierda todos estarán a favor de la paz. La única discusión es cómo será el camino. No tengo dudas que tras las elecciones se verá cómo se puede iniciar este diálogo con los palestinos para así avanzar.

- Lo veo bastante optimista frente a la paz.

Bueno, trabajé con Shimon Peres, un luchador por la paz. Y como bien dijo él: “Pesimistas y optimistas mueren de la misma manera, solo viven diferente”. Soy bastante optimista.

- Necesario ante un conflicto que ya lleva tanto tiempo...

Sí, por supuesto, tengo cuatro hijos y todos están en el servicio militar. La esperanza nuestra siempre es alcanzar la paz en la región y no invertir tanto en seguridad.

- Lo noto bastante autocrítico, ¿no le falta eso a los encargados de las negociaciones?

Por supuesto. Errores se cometen en ambos lados, sin duda. Pero para obtener un éxito hay que tener diálogo y mira cómo los palestinos no quisieron participar en el encuentro en Baréin. Entre ellos no deciden como avanzar. Si Hamás no reconoce la existencia de Israel es un problema porque primero debemos pensar en la seguridad de nuestros ciudadanos y después, que sí tiene gran importancia, será alcanzar la paz. Hay que generar el ambiente adecuado, ya hubo chances en el pasado en los que estuvimos muy cerca.

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