Un joven de 21 años falleció tras ser aplastado por un crucifijo de 30 metros de altura en Cevo, Italia. Una parte de la escultura, confeccionada en honor al Papa Juan Pablo II, se derrumbó sobre el joven y acabó con su vida.
La escultura conmemoraba la visita de Juan Pablo II a Cevo en el año 1998. Estaba diseñada como una cruz de metal con una estatua de Jesús de 600 kilos.
Coincidentemente, el infortunado suceso tuvo lugar poco antes de la canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII.