Los misiles Tomahawk, la pesadilla del Estado Islámico

Fabricados en la Guerra Fría, han sido fundamentales en la Guerra del Golfo y en la caída de Muamar Gadafi

Los misiles Tomahawk, la pesadilla del Estado Islámico - 2

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24/09/2014 13H34

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Estan hechos para la guerra a distancia. Disparados desde el Golfo Pérsico, la madrugada del martes los poderosos misiles Tomahawk abrieron el camino de la operación estadounidense contra el Estado Islámico en Siria, en una nueva misión que trae a la memoria anteriores conflictos bélicos en el convulsionado Medio Oriente en los que jugaron un papel fundamental.

Diseñados durante la Guerra Fría, tuvieron su estreno durante la Guerra del Golfo de 1991, donde se lanzaron 288 Tomahawks, 12 de ellos desde dos submarinos.

También fueron usados luego de los atentados terroristas del 11 de setiembre del 2001 para destruir baterías antiaéreas, radares y campos de entrenamiento de la red terroristas Al Qaeda, comandada entonces por Osama Bin Laden.

La última gran misión protagonizada por los Tomahawk fue en Libia, en el 2011, que terminó con el derrocamiento del dictador Muamar Gadafi.

LAS CARACTERÍSTICAS

Los misiles crucero Tomahawk tienen un alcance de entre 1.600 y 1.800 kilómetros, y pueden ser disparados desde submarinos o buques de guerra.

A estos misiles se les pueden asignar 16 objetivos predeterminados. Se guían por GPS y su blanco puede ser reconfigurado a último momento. Es decir, tienen un sistema de precisión en tiempo real. Además, están equipados con una cámara que va registrando el campo de batalla y permite a los operadores evaluar el daño causado por un proyectil disparado con anterioridad. Ese registro es el que posibilita cambiar el objetivo en cualquier momento.

Son difíciles de interceptar por los sistemas de defensa enemigos, debido a su pequeño tamaño, su reducida sección transversal de radar y a su vuelo a baja altitud. Este misil tiene entre 5 y 6 metros de longitud y medio metro de diámetro. Es capaz de transportar 450 kilos de explosivo convencional y viajan a 880 kilómetros por hora.

Poseen un sistema que les permite atravesar los búnkeres antes de explotar.

Al ser lanzados desde largas distancias, no se arriesgan las vidas de soldados o pilotos de aviones de combate.

Cada Tomahawk cuesta aproximadamente 960 mil dólares.