Una mujer se clavó el miércoles a una cruz de madera con lo que aumentó de seis a nueve la cantidad de conductores crucificados como protesta porque fueron despedidos de una empresa paraguaya de autobuses, presuntamente por su militancia sindical.
Juan Villalba, presidente del sindicato de empleados de la compañía Vanguardia que explota el servicio de transporte colectivo de pasajeros entre Asunción y el pueblo Luque, del área metropolitana, dijo a The Associated Press que mi esposa María Concepción Candia, de 39 años, decidió crucificarse por solidaridad.
Completamos veinte días clavados a la madera, con el apoyo de cuatro compañeros con 35 días de huelga de hambre, esperando que el patrón nos reincorpore, añadió.
El líder sindical especificó que ocho choferes fueron despedidos tras una serie de reclamos para que la empresa pague no sólo las horas extras sino, además, el seguro médico y el aporte a un organismo estatal conocido como Instituto de Previsión Social, encargado del sistema jubilatorio.
Aufredi Paredes, gerente de la compañía de autobuses, explicó que cinco choferes serán reincorporados pero al resto será indemnizado, de acuerdo con el código laboral.