“Dios, patria y familia. Qué vida de maravilla”, dice esta pancarta desplegada en Verona, donde se realizó un encuentro de organizaciones pro familia conectadas con la derecha evangélica estadounidense. (Foto: AFP)
“Dios, patria y familia. Qué vida de maravilla”, dice esta pancarta desplegada en Verona, donde se realizó un encuentro de organizaciones pro familia conectadas con la derecha evangélica estadounidense. (Foto: AFP)
Gisella López Lenci

A fines de marzo, Verona, la ciudad italiana de Romeo y Julieta, fue sede del XIII Encuentro Mundial de las Familias. Un evento que, por el nombre, podría indicar un conversatorio sobre modelos de crianza, apego y tolerancia que propugna la unión familiar. Solo que, en realidad, fue un encuentro de ultraconservadores de todo el mundo cuyo único y absoluto modelo de familia es aquella constituida por mamá, papá e hijos, en donde la palabra género es un insulto, y el aborto una abominación.  

El encuentro –llamado oficialmente “Vientos de cambio: Europa y el movimiento global pro familia”– fue organizado por la Organización Internacional por las Familias (IOF, por sus siglas en inglés), un grupo ultraconservador estadounidense fundado en 1997, pero que realiza desde el 2012 estas citas que no solo abogan por la familia tradicional, sino que están en contra de cualquier programa de salud reproductiva o de los derechos de la comunidad LGTB, y que cada año consigue más presencia, dinero y atención gracias a la expansión de la ultraderecha en Europa y el mundo.

Matteo Salvini, el poderoso ministro del Interior de Italia y líder de La Liga, uno de los partidos que dirigen el país, fue uno de los invitados principales al encuentro. Salvini, que llegó a esta posición gracias a su discurso xenófobo y antiinmigrante, señaló que los derechos sociales adquiridos en Italia no están en peligro, pero remarcó que él tiene derecho a expresar su apoyo a “la familia formada por un hombre y una mujer”.

“Las feministas hablan de derechos de las mujeres y fingen no ver cuál es el verdadero peligro para ellas, que no es este congreso, sino el extremismo islámico para el que la mujer vale menos que cero”, subrayó Salvini en su presentación.

Pero no solo Salvini. El propio Ministerio de la Familia de Italia fue uno de los patrocinadores de este evento supuestamente privado. El titular de la cartera, el conservador Lorenzo Fontana, dijo en su momento que “el matrimonio homosexual, los estudios de género y la inmigración en masa están debilitando la familia tradicional y arriesgando el fin de nuestra gente”.

—Un grupo de odio—

Sin embargo, la libre realización de un encuentro sobre familias –tradicional o no, de ultraderecha o ultraizquierda– no debería dar lugar a discusión, sino fuera por algunos detalles resaltantes.

La organización estadounidense Southern Poverty Law Center, conocida por sus investigaciones contra las organizaciones supremacistas, ha calificado al Encuentro Mundial de Familias como un grupo de odio que “sirve como un paraguas para una red masiva de organizaciones interconectadas, todas presionando por restricciones a los derechos LGBT bajo el disfraz de la defensa de la ‘familia natural’”.

Este año, el encuentro fue en Italia, pero en el 2017 se realizó en Hungría y contó con la participación especial del primer ministro Viktor Orban, conocido por su discurso extremista y xenófobo.

La IOF, que organiza estos encuentros, es dirigida por Brian Brown, quien también preside la Organización Nacional por el Matrimonio, un grupo que es financiado por oligarcas rusos.

Y acá el factor ruso entra a tallar. El encuentro de familias fue una idea del estadounidense Allan Carlson –fundador de la IOF– y de los rusos Anatoly Antonov y Viktor Medkov. Según el portal Religion News Service, los líderes del congreso mundial –que además representan a la poderosa derecha cristiana estadounidense– están en coordinación con la Iglesia Ortodoxa de Rusia en la imposición de una agenda tradicionalista en el mundo.

De hecho, el propio Vaticano ha preferido estar al margen. El secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, dijo que está de acuerdo con “la sustancia” de los temas tratados sobre la familia, “pero no en la manera”, afianzando la distancia que existe entre Francisco y los grupos ultraconservadores que no lo quieren en la Santa Sede.

—Fondos opacos—

Pero no solo se trataría de un grupo de odio con ideología ultraconservadora. Los fondos que reciben no son del todo transparentes y muchos de sus patrocinadores se mantienen en la sombra, de acuerdo con una investigación de Neil Datta, director del Foro Parlamentario Europeo sobre Derechos Sexuales y Reproductivos.

Según esta organización, la estrategia de los extremistas quedó escrita en un manifiesto llamado “Restaurando el orden mundial: una agenda para Europa”, que busca revertir los derechos conseguidos sobre sexualidad y reproducción y anhelan reforzar el papel de subordinación de la mujer.

Sin embargo, el grupo Agenda Europa, que se presenta como una plataforma que busca unir a grupos e individuos en torno a temas de familia, señala que ese libro es una ficción y que el único objetivo de esa investigación es “desacreditar a las personas u organizaciones que no están de acuerdo con la industria del aborto”. 

ENTREVISTA

“Hay una agenda en contra de las conquistas sociales en Europa”

Francesco Tucci (Internacionalista)

—¿Qué implica para el Gobierno Italiano la presencia de Salvini en este evento ultraconservador?

Su intervención fue criticada duramente, porque ahora la coalición del Gobierno en Italia se está rompiendo, hay muchas tensiones entre el Movimiento 5 Estrellas y La Liga, el partido de Salvini.  

—¿Los derechos sociales a favor de las mujeres y la salud reproductiva están en peligro en Italia?

No. La ley del aborto es de 1978, así que es muy difícil que se cambie. Sin embargo, este congreso está buscando aglutinar posiciones conservadoras en el mundo porque trata temas como el aborto, el divorcio, la defensa de la familia tradicional. Aunque es difícil que estos temas cambien en un mediano plazo en los países europeos, el dato político importante es que se ha realizado poco antes de las elecciones legislativas europeas del 23 de mayo. Los conservadores en Europa quieren ver cuánto respaldo van a tener, y quienes han participado de este congreso constituyen una base electoral.

—Sin embargo, hay un surgimiento de la ultraderecha en Europa...

Sin duda hay un auge de la derecha, que jala a su vez a la ultraderecha. Hay una agenda muy conservadora en contra de conquistas sociales en Europa, pero también hay un doble discurso. Salvini, que además es divorciado, dijo que no tiene planeado cambiar la ley sobre el aborto o abolir el divorcio. Hay que ver esto también a nivel mundial, porque este congreso –que es organizado por un grupo estadounidense– tiene un gran alcance e incluso tiene proyección en América Latina. Y otro dato más. Se trata de un cristianismo conservador que está confluyendo con los católicos conservadores en este movimiento.

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