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Este miércoles 7 de mayo se cerrarán las puertas de la Capilla Sixtina para dar inicio al cónclave en el que 133 cardenales de todo el mundo votarán por quién creen que deberá suceder al fallecido papa Francisco como líder de la Iglesia Católica.
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A diferencia de cualquier otra elección, la del vicario de Cristo no cuenta con encuestas oficiales ni campañas. Sin embargo, los medios internacionales y vaticanistas más curtidos suelen armar listas con los nombres que resuenan como favoritos entre los pasillos de la Santa Sede.
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Francisco Sanz analiza cómo los eventos internacionales transforman el mundo, cada martes.
Actualmente se apunta a que unos 15 cardenales figuran como “papables”. Dos de ellos tuvieron un paso por el Perú, mientras que un tercero ejerció un importante cargo al norte de nuestro país, llegando incluso a convertirse en ciudadano peruano.
—Visitador apostólico—
Luego de unos cinco años de tensiones entre la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y el entonces cardenal de Lima Juan Luis Cipriani, en diciembre del 2011 el papa Benedicto XVI designó al cardenal húngaro Péter Erdö como visitador apostólico en un esfuerzo por llegar a una solución diplomática.
Durante la semana que duró su visita, del 4 al 11 de diciembre, Erdö se reunió con representantes de la universidad, del Arzobispado de Lima, otros miembros de la Iglesia y el mundo académico; también celebró una misa en la Catedral de Lima por la festividad de la Inmaculada Concepción y finalmente elaboró un informe confidencial que derivó en un ultimátum emitido por el Vaticano en el 2012.
Actualmente, el cardenal húngaro es voceado como uno de los candidatos con mayor apoyo dentro del ala más moderada de la Iglesia gracias a su distinguida carrera. Erdö se caracteriza por tener un destacado perfil académico y su dominio de siete lenguas, razones por las que Francisco lo habría elegido como relator general de la tercera asamblea general extraordinaria del Sínodo de los Obispos y, posteriormente, como relator de los Sínodos sobre la familia en 2014 y 2015.
Sin embargo, también ha sido criticado por su cercanía con el gobierno del ultranacionalista Viktor Orbán y su silencio antes las denuncias por violaciones a los derechos del actual gobierno húngaro.

Erdö llegó al Perú en diciembre del 2011 como visitador apostólico.

El papa Benedicto XVI envió al cardenal húngaro con la intención de encontrar una solución diplomática al problema que mantenían la PUCP y el Arzobispado de Lima.

Durante su visita, Erdö cocelebró una misa en la Catedral de Lima por la festividad de la Inmaculada Concepción.

Actualmente es considerado uno de los candidatos con mayor respaldo entre el grupo de los conservadores de la Iglesia Católica.
—El cardenal peruano—
Robert Prevost nació en Chicago en 1955 e inició su vida religiosa en 1977. Se ordenó sacerdote en 1982 y tres años más tarde fue enviado en su primera misión a Chulucanas, en Piura, sin imaginar que ese sería apenas el inicio en su relación con el Perú.
Luego de idas y vueltas entre su ciudad natal y nuestro país a lo largo de los años, en el 2014 el papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo. Desde ese cargo, y en señal de compromiso con el país, anunció que se nacionalizaría peruano. Ese mismo año obtuvo su DNI, lo que le permitió ser consagrado como obispo de la ciudad al año siguiente.
Su gestión destacó por la cercanía que mantuvo con los fieles y el impulso de proyectos innovadores; sin embargo, una denuncia por abuso sexual infantil que se hizo pública en diciembre del 2023 contra el sacerdote Eleuterio Vásquez Gonzáles, ensombrece su paso por el norte peruano. Según la denunciante, Prevost aún era obispo de Chiclayo cuando recibió la denuncia en abril del 2022, la misma que terminó siendo archivada.
En el 2023 Prevost fue creado cardenal por el papa Francisco y designado prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los organismos más influyentes del Vaticano.

Robert Prevost fue nombrado administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo en el 2014 por el papa Francisco.

Ese mismo año obtuvo la nacionalidad peruana, lo que le permitió ser consagrado como obispo de la ciudad en el 2015.

Su gestión destacó por la cercanía que mantuvo con los fieles y el impulso de proyectos innovadores, pero terminó empañada por una denuncia de abuso sexual infantil por parte de un sacerdote de su diócesis.
—Visita de impacto social—
En junio de 2013, el cardenal guineano Robert Sarah visitó la ciudad de Arequipa para presidir la reunión anual del Consejo de Administración de la Fundación Populorum Progressio.
En su visita de cuatro días, Sarah no solo pudo evaluar más de 200 proyectos de desarrollo social en Latinoamérica y visitar a poblaciones vulnerables de la ciudad, sino que también presidió una misa en la Catedral de Arequipa el 18 de junio, transmitiendo el saludo del papa Francisco a sus feligreses.
Sarah es un serio representante de los valores tradicionales de la Iglesia y en más de una ocasión se ha mostrado en contra de las reformas impulsadas por Francisco durante su papado. Entre sus declaraciones más polémicas, el ortodoxo guineano ha calificado de “satánica” y “demoníaca” a “la ideología de género”.
Además, ha mostrado una postura radicalmente opuesta a la de Francisco en cuanto al papel de la Iglesia frente a la migración, mientras que el argentino invitaba a que los gobiernos europeos abrieran sus fronteras, el purpurado guineano aseguró en el 2019 que desde la Santa Sede no deberían "colaborar en esta nueva forma de esclavitud en que se ha convertido la inmigración de masas“.

En junio de 2013, el cardenal guineano Robert Sarah visitó la ciudad de Arequipa.

El purpurado presidio la reunión anual del Consejo de Administración de la Fundación Populorum Progressio.

Además, celebró una misa en la Catedral de Arequipa el 18 de junio, transmitiendo el saludo del papa Francisco a sus feligreses.
La lista de candidatos la completan Pietro Parolin, Matteo Maria Zuppi, Luis Antonio Tagle, Jean Marc Aveline, Pierbattista Pizzaballa, Anders Aborelius, Mario Grech, Fridolin Ambongo Besungu, Jean-Claude Hollerich, Peter Turkson, Charles Bo y Malcolm Ranjith.
—Uno de los candidatos a Papa habló con El Comercio—

El 25 de julio del 2015, El Comercio tuvo como figura en su página de Posdata al cardenal ghanés Peter Turkson en una entrevista realizada por Ismael Monzón.
En la conversación que sostuvieron en Roma, el purpurado que había sido uno de los favoritos para suceder a Benedicto XVI en el cargo habló sobre su papel en la redacción de la encíclica “Laudato si”, las críticas a la visión del papa Francisco sobre el futuro de la Iglesia Católica y la posibilidad de que el papado sea asumido por un cardenal de África u otra región históricamente poco representada.
A continuación, recordamos la entrevista completa.
Cuando Benedicto XVI anunció su renuncia, el cardenal ghanés se convirtió en el favorito de las apuestas para reemplazarlo. Incluso, el 25% de peruanos, según Ipsos, pensó que el nuevo Papa sería africano. No lo fue, pero Turkson mantuvo su relevancia.
Peter Kodwo Appiah Turkson nació hace 66 años en Nsuta Wassaw, una aldea a casi 500 kilómetros de Accra, la capital de Ghana. Se crió en el seno de una familia humilde, como el cuarto de diez hermanos, hasta que al cumplir los 13 años ingresó a un seminario en un pueblo cercano. Resultó ser tan brillante que fue enviado a Nueva York para terminar sus estudios y, antes de instalarse en Roma, ejerció como profesor en su país.
El cardenal domina seis idiomas y, tras la renuncia de Benedicto XVI, su nombre fue uno de los que sonó con más fuerza para ocupar el trono de San Pedro, Turkson se presenta a la entrevista en manga corta y con sandalias. Deja encima de la mesa las llaves de su coche privado, que él mismo acaba de estacionar, y advierte que no tiene más que 15 minutos, aunque después se sumerge en una conversación tres veces más larga.
Como presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, su último servicio ha sido la coordinación de los trabajos para la redacción de la encíclica “Laudato si”, con la que el papa Francisco ha vuelto a agitar los cimientos de la Iglesia. Una labor meramente funcional para el cardenal ghanés.
— ¿Por qué el Papa lo eligió a usted para coordinar los trabajos sobre la encíclica “Laudato si” y explicársela a líderes mundiales como Ban Ki-moon?
Se trata de una cuestión de competencias. En el Consejo Justicia y Paz, nos encargamos de asuntos como la pobreza, la economía, el cambio climático y el medio ambiente. El Papa no quería que el comité dependiera únicamente de Italia o de la Iglesia Católica, así que contactamos con un experto italiano, un alemán, un estadounidense y un irlandés, algunos de los mejores en su materia. Lo que yo hice fue únicamente coordinar esos trabajos para redactar el borrador.
—Es, sin embargo, una gran responsabilidad. ¿Cuánto de usted hay en el trabajo final?
El Papa nos dio un primer esbozo a principios de julio. En casi un año, muchas personas han tenido la oportunidad de aconsejarle y ha habido muchos cambios. No tiene nada que ver conmigo, lo importante es lo que el Papa nos dice.
—¿Estamos ante la piedra angular del pensamiento del papa Francisco?
Hay ideas que están en el centro del ideario de Francisco, como la preocupación por los excluidos o la visión del medio ambiente. Podemos decir que la encíclica resume claramente su visión sobre la humanidad y su relación con su contexto. Juan Pablo II y Benedicto XVI ya pusieron al ser humano en el centro de sus preocupaciones, aunque quizá esta es una de las mayores contribuciones a los problemas de la humanidad desde el Concilio Vaticano II.
—¿Ha habido más críticas desde su publicación?
Las críticas se centran en sus opiniones sobre el cambio climático y en sus ideas económicas y sociales, pero en realidad la encíclica es otra cosa. Para definir la relación entre el ser humano y su ambiente hay que citar el calentamiento global y el sistema económico predominante. Ante un tema así, tenía que haber críticas. Pero en general, la encíclica ha recibido reacciones muy positivas de los líderes mundiales, que valoran al Papa como un gran referente moral.
—Durante su reciente viaje a América Latina, Bergoglio enfatizó este mensaje y algunos lo califican de marxista.
Esas acusaciones vienen de antes, solo porque el Papa ha mostrado su preocupación por los pobres y los desempleados. Si a mí me llaman marxista, estaré encantado, porque el marxismo conoce muy bien la Biblia. El Papa nunca ha dicho que sea marxista: su preocupación está siempre en los desplazados. Su base de pensamiento está en la Biblia y su objetivo es transmitirnos esas enseñanzas.
—¿Cree que el Papa está tratando de reconstruir la Iglesia?
Creo que está intentando liderar la Iglesia en la dirección en la que él cree, lo que llama la Iglesia de los pobres y para los pobres.
—El Papa centra su mensaje en la periferia. ¿Sigue siendo África el continente olvidado?
Desde el punto de vista de la Iglesia, África nunca ha estado olvidada. Una de las oficinas más importantes del Vaticano, la de la Propagación de la Fe, tiene a África en lo más alto de su lista. El Vaticano destina gran parte de su presupuesto a extender allí su influencia, construir iglesias, etc. Para los países occidentales, África nunca ha estado olvidada, sino que han tratado de usarla siempre en beneficio propio. Es la gran falla de la humanidad a nivel de fraternidad.
—¿Es solo responsabilidad de Occidente? ¿Qué hace falta para el desarrollo del continente africano?
No, África desprecia a los grandes talentos. Hace falta un trabajo eficaz, excelencia y líderes africanos que asuman su responsabilidad. La India consiguió la independencia casi al mismo tiempo que muchos países africanos, pero a nosotros –al contrario que a ellos– nos faltaron visionarios.
—¿Veremos a un Papa negro en este siglo?
No lo sé. Solo se lo podemos preguntar a Él [señala arriba]. Si la Iglesia me elige a mí, ya se sabe lo que puede pasar, pero no depende de mí. Cuando Benedicto renunció, nadie se esperaba a alguien de Latinoamérica. Nada es imposible.