El presidente de Brasil, Michel Temer, se encuentra en el ojo de la tormenta tras la revelación de un audio. (Foto: REUTERS)
El presidente de Brasil, Michel Temer, se encuentra en el ojo de la tormenta tras la revelación de un audio. (Foto: REUTERS)
Redacción EC

La oposición al gobierno de Michel Temer en Brasil se apresuró la noche del miércoles a pedir un "impeachment" y la destitución del mandatario luego de que el diario O Globo revelara que fue grabado en secreto por el presidente del directorio del gigante de la carne JBS avalando el pago de sobornos a cambio de silencio del ex líder de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien está preso, una noticia que remeció la política del país y agitó las calles inmediatamente.


El diputado Alessandro Molon, del Rede Sustentabilidade, adelantó que solicitó a la Cámara la apertura de un "impeachment".

Por su parte, Carlos Zarattini, diputado del Partido de los Trabajadores (PT), afirmó: "En este momento en que surgen esas grabaciones, este Gobierno no tiene legitimidad para continuar gobernando. Llegó al punto y final. El punto final si no viene por su renuncia, será hecho por esta Cámara y por este Senado a través de un 'impeachment'".

Del lado de la justicia, el auxiliar del procurador general de Brasil Rodrigo Janot y encargado de pedidos de cooperación internacional para la Operación Lava Jato, Vladimir Aras, afirmó que "ante una denuncia tan grave, la solución adecuada en cualquier lugar del mundo sería la renuncia", según reportó la revista Veja.

La noticia publicada la noche del miércoles por el diario O Globo es una filtración de un supuesto acuerdo de colaboración con la Justicia por parte de Joesley Batista y su hermano Wesley, dueños de JBS, una de las mayores exportadores de carne a nivel mundial y una de las principales "donantes" de fondos en las campañas electorales en Brasil.

El presidente de Brasil reconoció el miércoles que mantuvo una reunión en marzo pasado con Joesley Batista, aunque negó haber avalado sobornos. En el encuentro, señaló O Globo, Temer también escuchó del empresario que estaba sobornando con un pago mensual a cambio de silencio a Cunha.

"Tiene que mantener eso, ¿viste?", dijo Temer, según la versión del diario.

El Senado y la Cámara de Diputados suspendieron sesiones minutos después de que se destapó la noticia, que cayó como una bomba sobre el Gobierno.

Temer llegó, precisamente, al poder como vicepresidente de Rousseff, el 12 de mayo del pasado año asumió de forma interina mientras el Congreso apuraba el proceso de "impeachment" de Dilma Rousseff (2011-2016), impulsado por Cunha, y la sustituyó cuando fue destituida por el Congreso.

El escándalo constituye un zarpazo contra el mandatario porque la ley impide que un presidente de Brasil sea investigado por hechos anteriores a su mandato, pero en este caso podría abrirse una investigación ya que los actos descritos tuvieron lugar en marzo pasado, es decir, casi un año después de que asumiera el cargo.

Un 'impeachment' contra Temer es impensable", dijeron a Efe fuentes próximas al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la fuerza que lidera Temer, que, no obstante, admitieron que "puede haber una investigación, pero todo eso tendrá que ser probado".

"Si hubiera una investigación, eso no prueba nada. La Justicia debe investigar", señalaron a Efe fuentes de Palacio de Planalto, sede del Ejecutivo.

Mientras, en Brasilia, cerca de un centenar de personas se congregaron frente al Palacio presidencial de Planalto y lanzaron consignas contra el presidente antes de que la Policía disolviera la manifestación con gas pimienta.

En la avenida Paulista, en Sao Paulo -la capital financiera de Brasil-, también decenas de personas se concentraron para pedir la salida del presidente y reclamar elecciones con gritos como "Fora Temer" (Fuera Temer).

La revelación causó un terremoto político en Brasil y los manifestantes opositores llegaron a Palacio de Planalto, donde la Policía los dispersó con gas pimienta.
La revelación causó un terremoto político en Brasil y los manifestantes opositores llegaron a Palacio de Planalto, donde la Policía los dispersó con gas pimienta.

Fuente: Agencias

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